Justicia, paz, esperanza, 43

Noticia - 6 septiembre, 2015
Esta mañana una veintena de activistas de la organización ambientalista Greenpeace México formó con letras de 1 x 1 metros un mensaje con la leyenda “Paz, justicia, esperanza, 43”, desde La Quebrada, en Acapulco, con el fin de enviar una señal de solidaridad a todas las personas que en México han sido víctimas de abusos y atropellos al defender una causa justa ambiental y social.

Paz, por la tranquilidad que queremos que pronto puedan tener las familias y amigos de las 25 mil personas que han sido desaparecidas en los últimos años, en particular las de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, justicia porque aunque su ausencia ha lastimado a la sociedad, los defensores del medio ambiente y los derechos humanos no pararemos hasta  que ésta sea restaurada, y esperanza porque confiamos en que cada vez habrá más actos de valor de la gente, tan necesarios para el mundo que buscamos, un mundo más justo y verde.

Estos principios son una convicción moral que nos impide ignorar actos de injusticia que atenten contra la dignidad de las personas y el equilibrio de los ecosistemas. La persecución y acoso de activistas ambientales y políticos, la violencia del Estado en ocasiones contra el que piensa diferente y la inequidad son realidades a las que Greenpeace no puede cerrar los ojos, precisan la atención y la acción de todas las personas que coinciden con los ideales de esta organización en cuyos orígenes -hace ya 44 años- está la oposición a la violencia y a la guerra.

Los ataques contra ambientalistas, los intentos por crear megaproyectos que atentan contra los derechos humanos y de las comunidades, y las miles de desapariciones sin resolver son una evidencia de la fuerte descomposición en las estructuras del gobierno, sus instituciones y en los tomadores de decisiones. Estos casos exhiben uno de los peores rostros de la especie humana pero también uno de los mejores en todos aquellos otros hombres y mujeres que hoy siguen con la frente en alto defendiendo pacíficamente una causa justa.

Greenpeace, cuya emblemática embarcación Esperanza se encuentra en las costas de Guerrero, reitera su llamado al gobierno mexicano para que investigue, transparente y esclarezca los actos ocurridos en Ayotzinapa y exige frenar el acoso a los activistas ambientales que todos los días luchan por un medio ambiente más sano.

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