Contradictorio. Los cuatro candidatos se posicionaron en favor de las energías renovables pero al mismo tiempo dieron su apoyo unánime a bajar los precios de las gasolinas, una medida ambientalmente regresiva aunque popular, pero que en el fondo significa perpetuar una economía basada en el petróleo que favorece modelos contaminantes de producción como la agroindustria.
Preocupante. Que apuesten por la generación de energía a base de fuentes contaminantes como las hidroeléctricas y refinerías, mencionadas por el candidato Andrés Manuel López Obrador de la Coalición Juntos Haremos Historia (Morena-PES-PT), las cuales está demostrado que incrementan las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), principales causantes del calentamiento global.
Foco rojo. La postura de José Antonio Meade de la Coalición Todos por México (PRI, PVEM y Nueva Alianza) y Jaime Rodríguez Calderón, candidato independiente, en torno a la energía nuclear, pues ambos señalan que es una opción que habría que evaluar pese a que la evidencia prueba que es un método de generación de electricidad sucio y peligroso para la población.
Poca atención. La conservación de la biodiversidad se trató someramente en la intervención de Ricardo Anaya de la Alianza Por México al Frente (PAN, PRD y Movimiento Ciudadano) al mencionar que haría cumplir la ley para que las Áreas Naturales Protegidas alcancen su cometido.
Ausente. La sostenibilidad de la pesca en México que requiere un cambio de modelo basado en la extracción desmedida de los recursos marinos y terminar con la pesca ilegal, una práctica que puede llevar al peligro de la extinción a numerosas especies como ocurre con la vaquita marina, sobre la cual ninguno de los candidatos se ha posicionado.
Movilidad. El único que se refirió a la necesidad de mejorar la movilidad y planeación urbana como medida para combatir el cambio climático y mejorar la calidad del aire fue Jaime Rodríguez Calderón, quien incluso habló de tener transporte público eléctrico. Mientras que Ricardo Anaya propuso la masificación de vehículos eléctricos, que en el fondo no resuelven el problema de la movilidad.
Alimentación. Andrés Manuel López Obrador abordó el tema de reactivar el campo, de la mano de las comunidades, para fortalecer el mercado interno y ser autosuficientes, aunque su propuesta de reforestar con árboles frutales y maderables no es la solución para la recuperación de ecosistemas ya que en México la agricultura y ganadería, causantes del 15% de los GEI en México, son también las primeras responsables de la pérdida de superficie boscosa.
¿Quemar la basura? En el manejo de residuos, incluyendo los plásticos, José Antonio Meade considera las plantas de termovalorización para la generación de energía valorada como “limpia”, cuando se trata de métodos altamente contaminantes y con graves impactos a la salud. Se requieren modelos de basura cero y una legislación de responsabilidad extendida al productor.
Conclusión. A menos de un mes de las elecciones, las propuestas de los cuatro candidatos carecen de un enfoque contundente para lograr el desarrollo sustentable, que ponga al centro del debate la conservación de los recursos naturales y medios de vida dignos y justos para las personas, tal como lo señala el análisis realizado por Greenpeace sobre las plataformas electorales y la participación de los aspirantes presidenciales en el último debate.
El análisis completo de las plataformas electorales puede consultarse en: https://p3-admin.greenpeace.org/mexico/es/Footer/Descargas/reports/2018/Elecciones-2018-Analisis-de-las-plataformas-electorales-/