Ni en el Ártico ni en México…

¡Alto a la exploración en aguas profundas!

Boletín de prensa - 9 junio, 2011
Puebla, Pue.- Para exigir al sector petrolero y energético que ponga un alto a sus planes de exploración en aguas profundas en búsqueda de hidrocarburos, activistas de Greenpeace enchapopotados se presentaron en la sede donde se realiza el Congreso Mexicano del Petróleo.

Con el mensaje “Ni en el Ártico ni en México… ¡Alto a la exploración en aguas profundas!, la organización ambientalista cuestionó la despreocupación de las petroleras transnacionales y de las autoridades de energía del país, que no parecen aprender de las lecciones que han dejado los derrames petroleros en el Golfo de México, tanto del lado mexicano como del de Estados Unidos, donde a lo largo de la historia se han registrado vertidos que han afectado ecosistemas costeros y marinos, lo que demuestra que la exploración y producción petrolera no puede ser sustentable.

El derrame petrolero de British Petroleum (BP) en el Golfo de México en abril de 2010, en una plataforma de exploración de aguas profundas, demostró que la industria no estaba preparada para atender una contingencia de esta magnitud. La empresa BP alegó que sólo se vertían mil barriles de crudo al día, sin embargo, la cifra real se estima en por lo menos 62 mil barriles diarios: un total de 4,9 millones de barriles durante los cuatro meses que se tardó en sellar las fugas en el pozo. Hasta ahora, 80 por ciento del crudo del vertido no ha sido recuperado.

Pemex, por su parte, tiene un amplio historial de derrames petroleros en las costas de Tamaulipas, Veracruz, Tabasco y Campeche. Ahora, con los planes de exploración de aguas profundas en la búsqueda de hidrocarburos en las costas del Golfo de México, se incrementa la incertidumbre por los daños que puede provocar esta industria del lado mexicano.

Si bien es cierto que la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) ha emitido y promulgado procedimientos y requerimientos en materia de seguridad industrial, para la realización de la exploración y explotación en aguas profundas, aún no existe la experiencia ni la capacidad técnica para hacer frente a un escenario de desastre como el ocurrido en el Golfo en 2010.

“Es mentira que exista un tesoro por descubrir en el Golfo de México, el gobierno mexicano está dilapidando más de 25, 619 millones de pesos en recursos para exploraciones en aguas profundas en los próximos 3 años, que hasta ahora han tenido escaso éxito en cuanto a crudo se refiere, apenas de 33 por ciento. Además el costo de las rentas por cada una de las dos plataformas que actualmente se encuentran en el país, es de alrededor de 500 mil dólares diarios; este dinero bien podría canalizarse a la transición energética, educación, salud o combate a la pobreza” (cuadro 1)”, indicó Beatriz Olivera, coordinadora de la campaña de energía y cambio climático de Greenpeace.

El Ártico, en vilo por exploraciones petroleras

No sólo en México existe incertidumbre ante los riesgos de la explotación petrolera en aguas profundas. Ahora mismo en las aguas del Ártico existe una disputa de las diferentes empresas petroleras que han solicitado permisos a Estados Unidos, Canadá y Groenlandia para poder instalar plataformas y sacar hidrocarburos del fondo marino, sin importar lo remoto de las regiones, las gélidas aguas y el paso continuo de icebergs en la región, todo para hacer frente ante el agotamiento y la declinación de zonas petroleras tradicionales.

Por ello, hace unos días, 18 activistas de Greenpeace escalaron la plataforma petrolera Leiv Eiriksson, situada a 180 km frente a las costas de Groenlandia, para demandar a la empresa Cairn Energy que haga público su plan de contingencia ante un derrame en la zona, pero la compañía se ha negado rotundamente. A decir de los expertos, de suscitarse un derrame petrolero en el Ártico sería imposible deternerlo.

“Pemex y las transnacionales petroleras están muy lejos de contribuir al desarrollo y producción de manera sustentable como aseguran en el lema de este congreso. Los derrames de hidrocarburos en el Golfo de México demuestran que la explotación en aguas profundas no es sustentable ni en México, ni en el Ártico”, agregó Olivera.

Greenpeace exige a los senadores y diputados que están revisando la Estrategia Nacional de Energía, que no aprueben más proyectos de exploración de esta magnitud y en  vez de ello, el presupuesto se oriente a detonar las energías renovables, cuya participación debería ser del orden del 41 por ciento para 2020 y 75 por ciento para 2050.

25, 619 millones de pesos:
inversión destinada a la renta de plataformas
para aguas profundas para los próximos 3 años
(3.19 veces superior al destinado a impulsar la transición energética)


Esta inversión equivale a:

98.23% del presupuesto autorizado a la UNAM con recursos federales

52.28% del presupuesto para combate a la pobreza

15.91% del presupuesto para salud

 

Para mayor información comunicarse con Angélica Simón a los teléfonos 56 87 95 95  ext. 115 y 044 55 3225 1714; al correo