Sinaloa, Méx.- En el Golfo de California, activistas de Greenpeace desplegaron un mensaje para denunciar a marcas como Bimbo, La Costeña, Herdez, Bachoco y Maseca que contribuyen al deterioro del medio ambiente y la salud de las personas promoviendo el uso desmedido de agrotóxicos y fertilizantes en campos de Sinaloa, donde se cultiva la materia prima para sus productos.
La manta de 450 metros cuadrados con la frase “¡No Manchen!” se colocó en el mar -desde el barco Esperanza de la organización ambientalista- para exigir a estas cinco empresas mexicanas que lideren la transición hacia una agricultura ecológica en el país que no utilice plaguicidas ni fertilizantes que contaminan el suelo y los cuerpos de agua.
La acumulación de fostatos y nitratos provenientes de la sobre fertilización en los campos agrícolas, podrían generar florecimientos algales nocivos, los cuales generan un proceso de eutrofización y alterar la vida acuática. Esa mancha en los cuerpos de agua es el resultado de un modelo agrícola devastador.
“Estas empresas pueden hacer la diferencia entre ofrecer comida sana para la gente sin afectar el planeta; o bien, continuar con un modelo de agricultura industrial que contamina el agua y los suelos, expandiéndose por los ríos, las lagunas y el mar, poniendo en riesgo la salud de las personas con el uso de agrotóxicos, que son un factor de riesgo para el desarrollo de diversas enfermedades, tal es el caso del glifosato que puede causar cáncer”, dijo Aleira Lara, líder del programa Comida Sana, Tierra Sana de Greenpeace.
La actividad se realizó en el Golfo de California donde Greenpeace y su embarcación Esperanza, se encuentran realizando investigación científica sobre los impactos de los agroquímicos y fertilizantes en las costas de Sinaloa.
Bimbo, Maseca, Herdez, La Costeña y Bachoco se encuentran en casi la totalidad de los hogares mexicanos y abastecen gran parte de sus insumos en Sinaloa, donde los plaguicidas y fertilizantes han afectado, incluso, sitios prioritarios para la conservación de la biodiversidad. Esta entidad cuenta con un millón y medio de hectáreas sembradas, principalmente en Guasave, Ahome, Culiacán y Novolato; produce el 38% de hortalizas del país y ocupa el primer lugar en producción de maíz, en los que se emplean grandes cantidades de agrotóxicos.
“Es hora de que las empresas se hagan responsables y se comprometan con sus consumidores, ofreciéndoles alimentos de calidad desde el campo hasta la mesa”, agregó Lara.
Greenpeace y miles de personas están exigiendo a las empresas que actúen para detener la mancha tóxica de las sustancias que se aplican en campo y reducir los impactos negativos en las personas y el medio ambiente.
“Si el gobierno mexicano no actúa, los consumidores tomaremos la iniciativa para demandar a las empresas de alimentos que presenten un plan de transición hacia la agricultura ecológica incluyendo a los agricultores, muchos de los cuales están dispuestos a capacitarse en técnicas agroecológicas e iniciar proyectos piloto para la transición”, señaló Aleira Lara.
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