¿Por qué la encíclica del Papa sobre el medio ambiente debería acelerar el final de la era de los combustibles fósiles?

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Boletín de prensa - 22 junio, 2015
Roma, 18 de junio 2015.- En respuesta a la encíclica del Papa Francisco sobre el medioambiente, Kumi Naidoo, Director Ejecutivo de Greenpeace Internacional, dijo: “Greenpeace recibe con satisfacción la valiosa intervención del Papa Francisco en la lucha común de la humanidad para evitar el cambio climático catastrófico”

Esta primera Encíclica sobre el medio ambiente pone al mundo un paso más cerca de ese punto de inflexión en el que abandonamos los combustibles fósiles y abrazamos totalmente la energía limpia y renovable para todos, a mediados de este siglo. 

Todo el mundo, ya sea religioso o laico, puede y debe responder a este llamado urgente a la acción.  

Como dice la encíclica, el medio ambiente es el patrimonio colectivo de la humanidad y la responsabilidad es de todos nosotros. Greenpeace siempre ha tenido esa opinión. Es por eso que, con el apoyo de millones de personas, nuestro objetivo es detener la perforación de petróleo por parte de Shell en el Ártico, que ahora se está deshielando. 

La parte de la encíclica donde señala que "la tecnología basada en combustibles fósiles, altamente contaminantes - especialmente carbón, pero también por petróleo y, en menor medida, por gas - debe ser reemplazada gradualmente y sin demora" es un llamado claro a los inversionistas responsables, directores ejecutivos y líderes políticos para acelerar el ritmo de la revolución hacia una energía limpia. 

La crítica hacia “los que tienen la mayor parte de los recursos y el poder económico o político ... [que] tratan de restarle importancia a algunos de los impactos negativos del cambio climático" es un reproche para los que niegan el cambio climático y los intereses que tratan de impedir el progreso que Greenpeace valora. Ese juego sucio debe terminar ahora. 

Por encima de todo, el Papa Francisco nos recuerda a todos, desde los individuos y hasta los líderes del mundo, del imperativo moral para hacer frente a la injusticia social y climática. Son los pobres los que están siendo más afectados por el cambio climático catastrófico, y paradójicamente, son quienes menos han contribuido a la causa del problema".

Martin Kaiser, director de política climática de Greenpeace Internacional dijo: "Damos la bienvenida a la claridad y la franqueza de la Encíclica sobre la debilidad de la reacción política internacional ante el cambio climático, donde prevalecen demasiados intereses particulares sobre el bien común. Las palabras del Papa deben sacudir a los jefes de gobierno respecto a su complacencia, y animarles a impulsar a leyes estrictas en sus propios países, para proteger el clima, y acordar un fuerte protocolo climático en París a finales de este año. La Encíclica señala acertadamente que la deforestación es un gran contribuyente para el incremento de las emisiones de carbono y para la pérdida de especies. Respaldamos el llamado del Papa Francisco a los líderes mundiales para proteger los bosques y los océanos, y escuchar las demandas de la gente y los científicos de todo el mundo. 

Finalmente, esperamos que el Banco del Vaticano se una al movimiento creciente para retirar el carbón, petróleo y energía nuclear altamente peligrosa, en consonancia con las palabras del Papa. Como una respuesta concreta a la Encíclica, todas las iglesias,otros edificios y vehículos de la Iglesia Católica Romana en todos los continentes deben cambiar inmediatamente su dependencia del carbón y petróleo hacia energías renovables. ¿Podríamos ver en corto plazo un panel solar en el tejado de cada iglesia?