Pajaritos, bomba de tóxicos: Greenpeace

Boletín de prensa - 20 junio, 2016
Coatzacoalcos, Veracruz.- El agua proveniente de la tubería de descarga del complejo Pajaritos de la firma Petroquímica Mexicana de Vinilo (PMV), operada por mexicana Mexichem en asociación con Pemex, contiene al menos 59 químicos orgánicos aislados (1), entre ellos algunos considerados de alto riesgo para el ambiente y la salud de las personas al ser catalogados como posibles cancerígenos. Estas sustancias prácticamente carecen de regulación en México y fueron encontradas en concentraciones superiores a lo permitido por la normatividad de Estados Unidos.

A dos meses de la explosión registrada en la planta Clorados III de dicho complejo petroquímico y que cobró la vida de al menos 32 personas y dejó cientos de heridos, la organización ambientalista Greenpeace presentó los resultados del análisis de las muestras de agua y suelo recolectadas durante los días 23 y 24 de abril de 2016 en la zona con el propósito de buscar sustancias químicas peligrosas.

De las 10 muestras tomadas, la que arrojó resultados más alarmantes de presencia de tóxicos es  precisamente la del agua proveniente de Pajaritos.  Se encontraron etenos clorados, etanos clorados, y metanos clorados así como bencenos clorados. Además, contiene una amplia gama de químicos orgánicos semivolátiles.

De las distintas sustancias, el químico más predominante es el Dicloruro de Etileno (EDC, por sus siglas en inglés) (2), sustancia catalogada como posible cancerígeno por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC)  y los servicios de salud de los Estados Unidos. Las concentraciones halladas de EDC superan de 10 a 28 veces los límites que establece Estados Unidos (3) respecto a  las aguas residuales que vierte el sector de los plásticos.

 

“La sóla presencia en esas cantidades de EDC constituye una revelación alarmante de este estudio ya que su inhalación o ingestión puede afectar el sistema nervioso central, al hígado, los riñones, los pulmones y al sistema cardiovascular en los seres humanos. Además, la producción de EDC comúnmente resulta en la generación de residuos de destilación de tóxicos clorados, que son llamados residuos pesados y se encuentran contaminados con policlorados, dioxinas y furanos. Lo más grave es que ni Pemex ni Mexichem estén obligados a medir y reportar la descarga de estas sustancias”, afirmó  Miguel Rivas responsable de Greenpeace México del área científica en esta investigación.

“Si esos químicos peligrosos que encontramos provienen de la explosión estamos hablando de que es gravísimo que Pemex y Mexichem hayan expuesto así a la población y al medio ambiente. Si esos químicos hallados son producto de descargas cotidianas que realizan estas empresas podríamos decir que están envenenando lentamente a la comunidad, tal y como lo denunciamos por primera vez hace 15 años, en 2001 (4)”, indicó Miguel Soto, coordinador de la campaña de Tóxicos de Greenpeace México

Niegan información sobre explosión y descargas de químicos

Tras la explosión, Greenpeace México presentó diversas solicitudes de información  dirigidas a Petróleos Mexicanos (Pemex), la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la Comisión Federal de Prevención de Riesgos Sanitarios (Cofepris) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), preguntando entre otros puntos si se han tomado muestras representativas de agua, aire y suelo en la zona del complejo petroquímico posterior a la explosión en la zona ya mencionada y si así fuera  se solicitaron los reportes de las muestras, el plan de monitoreo dentro y fuera de las instalaciones donde se suscitó la explosión, en el suelo, agua, aire, en los trabajadores, personas que atendieron el accidente y la población vecina.

Pemex dijo no contar con información respecto al tipo de sustancias que opera en el complejo. Semarnat dijo que no era su competencia, mientras Cofepris y Profepa solicitaron prórroga para responder, la cual vence mañana. Esperamos cumplan con su palabra.  

“Estamos ante varios hechos alarmantes: alta presencia de químicos, falta de transparencia en la información sobre el uso de sustancias tóxicas, y la ausencia de una regulación en el uso y manejo de químicos adecuada que minimice el riesgo de más explosiones con víctimas mortales y con serias afectaciones al ambiente, es ridículo que las autoridades digan desconocer la información. La población tiene derecho a la información, tiene derecho a saber lo que ocurrió”, abundó Soto.

Greenpeace México exige acciones claras y contundentes en el corto y mediano plazo hacia el gobierno federal, Pemex y Mexichem.

 

  • En el corto plazo Greenpeace México demanda sanciones ejemplares contra la paraestatal y Mexichem debido a las lamentables pérdidas humanas y a los graves daños causados a la comunidad y al medio ambiente, así como a quien resulte responsable de la verificación del funcionamiento de esta planta.

  • Exigimos al gobierno federal y a PMV dar a conocer ya el plan de remediación y estudios pertinentes para conocer qué sucedió, qué impacto tendrá en el entorno, de qué forma se reparará el daño a todas las víctimas.

  • En nombre del derecho a la información. PMV debe informar a la sociedad cuáles son las sustancias que maneja en sus instalaciones, cuáles fueron liberadas durante la explosión y cuáles y en qué cantidad están descargando cotidianamente en tierra, agua y aire.

  • Urge que el gobierno mexicano establezca una legislación robusta y equiparable al nivel de Estados Unidos, Canadá  y Europa para el uso y manejo de sustancias químicas.

  • El actual Registro de Emisiones y Transferencias Contaminantes (RETC) lleva ya tres años de retraso. Exigimos que el gobierno federal lo actualice e imponga sanciones ante la falta de cumplimiento. De esta forma podremos saber qué sustancias tóxicas han estado desechando Pemex y Mexichem al medio ambiente.

Por su parte el Dr. Lorenzo Manuel Bozada, consultor ambiental y presidente de la asociación Ambiente y Desarrollo Humano en Coatzacoalcos, Veracruz  señaló que, tenemos que luchar por conservar un buen ambiente, “no podemos vivir en una tierra enferma,  por la memoria de los fallecidos, debemos seguir exigiendo a las autoridades la verdad. Coatzacoalcos no se olvida”, concluyó.

Notas:

1.- Reporte técnico completo en http://www.greenpeace.org/mexico/Global/mexico/Docs/2016/toxicos/Informe-tecnico-de-las-muestras-tomadas-en-Coatzacoalcos.pdf

 

2.- El EDC es un líquido tóxico volátil. También se considera como una sustancia de alto riesgo (Substances of Very High Concern (SVHC) por el reglamento de la Unión Europea adoptado con el fin de mejorar la protección de la salud humana y el medio ambiente contra los riesgos que pueden presentar los productos químicos, el REACH (Registration, Evaluation, Authorisation and restriction of Chemicals)

3.- Los  límites que establece Estados Unidos respecto a  las aguas residuales que vierte el sector de los plásticos, nos proporciona una comparación útil respecto al caso de Pajaritos. De esta forma, la concentración de EDC en el agua fue mucho mayor de lo que sería permisible bajo los límites de Estados Unidos, que establece como límite máximo diario de 211 μg/L (Microgramos por litro)  (para las fuentes que utilizan tratamiento biológico de final de tubo) y 574 μg/l (para las fuentes que no utilizan tratamiento biológico de final de tubo).

4.- En 2001, Greenpeace realizó un estudio de presencia de tóxicos en agua proveniente de la misma fábrica y encontró altas concentraciones de compuestos tóxicos y cancerígenos entre ellos el más abundante (1,2-dicloroetano) el cual rebasó 100 veces el máximo de la legislación estadounidense. Pemex podría estar desechando estas sustancias químicas tóxicas desde hace al menos 15 años pero debido a su opacidad es difícil comprobarlo.

 

Mayor información con Angélica Simón al 044 55 40845320, y al correo TW:@PrensaGPMX