Buenos Aires, 1 de julio de 2010- Activistas caracterizados como las mascotas y con los logos de marcas de pilas son detenidos por la "policía" en el Obelisco para que se responsabilicen por los residuos de sus productos en el marco de la campaña "El que las hace las paga".

Con esta acción Greenpeace exige a las empresas productoras e importadoras de pilas y baterías que se responsabilicen por la gestión de los residuos de sus productos una vez finalizada su vida útil.

Greenpeace considera necesario alertar sobre la necesidad de una gestión ambientalmente adecuada para este tipo de productos al finalizar su vida útil.

Greenpeace impulsa que la Responsabilidad Extendida del Productor alcance el estatus de ley nacional para evitar que que la población y los gobiernos locales sean los responsables de gestionar estos residuos.

Bajo el slogan "El que contamina paga" los activistas "arrestaron" a las mascotas de las empresas sosteniendo un cartel con la leyenda "Residuos Peligrosos".

A través de esta acción Greenpeace destaca la necesidad de una gestión ambientalmente adecuada por fuera de los residuos domiciliarios comunes de este tipo de productos al finalizar su vida útil.

Greeenpeace sostiene que, si bien las pilas y baterías representan un porcentaje bajo del volumen total de residuos sólidos urbanos, son una de las corrientes con mayor aporte de metales pesados.

La organización ambientalista denunció que las pilas, a pesar de contener compuestos tóxicos, son arrojadas junto con la basura común a basurales a cielo abierto y rellenos sanitarios.

Activistas de Greenpeace repartieron volantes a los empleados de la importadora de Duracell reclamando que la empresa se haga resposnable de la gestión de sus residuos.