Noticia - 30 julio, 2015
Veintiséis activistas de Greenpeace Estados Unidos bloquearon la partida del rompehielos de Shell “MSV Fennica” desde el puerto de Portland, en Oregón, con destino al Ártico. Trece de ellos permanecieron colgados del puente San Jorge y, de ese modo, impidieron durante 40 horas que la nave avanzara para sumarse a la flota de perforación de Shell.
Activistas de Greenpeace colgados de un puente en Portland para defender el Ártico.
Sin este buque, la compañía no puede empezar a realizar perforaciones con la profundidad suficiente para buscar petróleo en el Mar de Chukchi. La medida de la ONG no impidió la libre circulación de otras embarcaciones.
Desde las alturas, los activistas exhibieron carteles individuales con las leyendas "#ShellNo", "Salvá el Ártico", y "Presidente Obama, última chance de decir #ShellNo", para reclamar a la administración estadounidense que cancele los permisos concedidos a la petrolera para perforar el Ártico de forma inmediata.
Hernán Nadal, director de Comunicaciones de Greenpeace Andino dijo: "Cada segundo que detenemos a Shell cuenta. Esta es la última oportunidad para que el presidente Barack Obama despierte y se dé cuenta del desastre que podría ocurrir. Todavía hay tiempo para que cancele los permisos de Shell para perforar el Ártico, demostrando el tipo de líder climático que puede ser".
Los 26 activistas que realizaron la protesta en Portland son parte de un movimiento mundial formado por más de 7 millones de personas que buscan mantener a Shell fuera del Ártico. La empresa viene enfrentando, además, una fuerte presión pública. En junio, activistas en kayaks formaron un bloqueo alrededor de la plataforma de perforación Polar Pioneer cuando ésta partía desde el puerto de Seattle con destino a Alaska.
El Ártico es hogar de 13 millones de personas pertenecientes a comunidades indígenas y de una increíble y diversa vida silvestre, además de una región fundamental para el equilibrio climático. Cualquier desbarajuste en su ecosistema podría acelerar el calentamiento global, con efectos devastadores para el planeta entero. La administración de Obama habló en su momento de un 75 por ciento de probabilidades de que se produzca un derrame masivo si Shell concreta su actividad en el Mar de Chukchi.
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