Greenpeace responde a la carta de los científicos ganadores de premio nobel

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Noticia - 30 junio, 2016
Buenos Aires - En respuesta a la reciente carta de premios Nobel pidiendo a Greenpeace que revise su postura respecto al arroz modificado genéticamente, conocido también como “arroz dorado”, Wilhelmina Pelegrina, responsable de la campaña de agricultura de Greenpeace en el Sudeste de Asia, dijo: “Las acusaciones de que alguien está bloqueando el arroz genéticamente modificado, son falsas".

Plantaciones de arroz en Filipinas

El “arroz dorado” ha fallado como solución y actualmente no está disponible para la venta, incluso después de más de 20 años de investigación. Tal como lo reconoce el Instituto Internacional de Investigación sobre el Arroz, no se ha demostrado aún que pueda atender  la deficiencia de Vitamina A. Así que para ser claros, estamos hablando de algo que ni siquiera existe.

“Las empresas están promoviendo el “arroz dorado” para allanar el camino hacia la 
aprobación mundial de otros cultivos modificados genéticamente más rentables. Este  costoso experimento no ha logrado producir resultados en los últimos 20 años y desvía la atención de métodos que sí funcionan. En lugar de invertir en este ejercicio costoso de 
relaciones públicas, tenemos que hacer frente a la desnutrición a través de una dieta más 
diversa, el acceso equitativo a los alimentos y la agricultura ecológica”.

Soluciones alternativas:

“La única solución que garantiza acabar con la desnutrición es una dieta variada y saludable. Proveer a las personas con comida basada en la agricultura ecológica no solo atiende a la desnutrición, sino que también es una solución escalable para adaptarse al cambio climático”.

Hemos documentado diferentes comunidades en Filipinas que siguen expresando 
su preocupación sobre el uso del “arroz dorado” como una solución. Es irresponsable imponer el arroz transgénico “dorado” como un remedio rápido para las personas que padecen estos problemas y que no quieren esta solución, sobre todo cuando existen opciones seguras y efectivas disponibles.

Greenpeace Filipinas está trabajando con otras ONG aliadas y agricultores para impulsar 
la resiliencia climática. Existe la oportunidad para que los gobiernos y las comunidades filantrópicas apoyen estos esfuerzos mediante la inversión en agricultura ecológica y resiliente al clima, y a través del empoderamiento de los agricultores para acceder a una dieta equilibrada y nutritiva en lugar de seguir apostándole al arroz “dorado”.

El arroz dorado modificado genéticamente no existe, no está disponible. Es un proyecto fallido que tras 20 años sigue en la fase de investigación y en el que se han invertido cientos de millones de dólares. Por otra parte, todavía está por demostrarse si este arroz modificado genéticamente puede mejorar el nivel nutricional de las personas con deficiencia de vitamina A.

Mientras se sigue investigando en cultivos transgénicos que den solución a los problemas agronómicos y carencia de determinados nutrientes, los avances en la mejora convencional ya están ofreciendo los cultivos prometidos por la ingeniería genética. Por ejemplo, tanto el arroz tolerante a las inundaciones como a la sequía ya están en los campos de los agricultores y el maíz resistente a la sequía está disponible en muchas partes de África, donde más se necesita. Cultivos nutritivamente mejorados también ya existen, sin necesidad de utilizar la ingeniería genética, pero sin duda, la solución más sostenible es mejorar el acceso a una alimentación sana y variada.

Greenpeace no está en contra de la biotecnología

Greenpeace no se opone a la biotecnología (por ejemplo apoyamos la selección asistida por marcadores) ni a la investigación y uso de transgénicos siempre y cuando se haga en ambientes confinados y sin interacción con el medio ambiente. Por ello, no nos oponemos a las aplicaciones médicas de los transgénicos, como puede ser por ejemplo la producción de insulina a partir de bacterias transgénicas.

Greenpeace sí se opone a la liberación de transgénicos al medio ambiente porque los transgénicos (plantas, animales, microorganismos) son organismos vivos que pueden reproducirse, cruzarse y provocar daños irreversibles en la biodiversidad y los ecosistemas.

Por otro lado, la seguridad a largo plazo de los alimentos transgénicos para los humanos y los animales sigue siendo desconocida y no existe un consenso científico sobre su seguridad, por lo que creemos que el principio de precaución se debe aplicar a todos los cultivos transgénicos. A pesar de los intentos de la industria de los transgénicos para tranquilizar a los consumidores sobre la seguridad de esos cultivos, cientos de científicos independientes cuestionan estas afirmaciones. La ingeniería genética sigue siendo una tecnología sobre la cual se desconocen los efectos a largo plazo para la salud humana y puede desencadenar efectos no deseados e irreversibles en el medio ambiente. Tenemos razones de sobra para seguir oponiéndonos y para seguir defendiendo la agricultura ecológica, la única solución de futuro.

Sobre crímenes contra la humanidad

Contrariamente a lo que están diciendo en algunos medios de comunicación, la carta de los Nobel no señala que Greenpeace esté cometiendo crímenes contra la humanidad, sino que añade en su carta el siguiente párrafo: “¿Cuántas personas pobres deben morir en el mundo antes de que consideremos esto un crimen contra la humanidad?”. Lo que están diciendo los premios Nobel es que piden a Greenpeace que cambie su postura sobre los transgénicos no que acusen a Greenpeace de cometer crímenes contra la humanidad.

Sobre el contexto internacional actual. ¿Por qué ahora?

En los últimos años, los defensores de los transgénicos han perdido varias batallas: han visto cómo Europa ha cerrado sus puertas a este tipo de cultivos (17 países y cuatro regiones de otros dos han prohibido el único cultivo autorizado en la UE), y cómo, incluso en los pocos países que los cultivan, ha decaído la superficie dedicada. De hecho, sólo 5 países a nivel mundial los cultivan a gran escala y ocupan el 3% de la superficie agraria mundial.

También han visto cómo el año pasado por primera vez la superficie cultivada con transgénicos a nivel mundial decrecía y ahora comprueban cómo en Estados Unidos, principal país donde se cultivan transgénicos, la movilización en contra no para de crecer. No es casualidad que esta iniciativa surja en este momento, en el que incluso se podría aprobar en uno de los estados norteamericanos una legislación sobre etiquetado de alimentos con transgénicos (un derecho que viene siendo negado a los estadounidenses desde siempre, parece que la información y la transparencia no le gusta a la industria de los transgénicos y prefieren que el consumidor no tenga la capacidad de elegir).

No es por lo tanto casualidad que en el período previo a esta importante decisión sobre el etiquetado de alimentos transgénicos en el estado norteamericano de Vermont, de nuevo se utilice la bandera de los transgénicos que ha sido siempre el “arroz dorado”, un icono de los grupos de presión pro transgénicos con el cual se ha pretendido siempre allanar el camino para la aprobación mundial de otros cultivos transgénicos más rentables.

¿Por qué a Greenpeace?

Es importante destacar que quien ha movido esta campaña quiere aprovecharse del prestigio de Greenpeace en el mundo para amplificar su mensaje. Se podía haber elegido a alguno de los gobiernos que han prohibido el uso de transgénicos, pero en vez de eso se ha elegido a Greenpeace, como principal sujeto del ataque por su repercusión mediática.

¿Quiénes se oponen al cultivo de transgénicos?

Greenpeace es solo una de las organizaciones que se han opuesto al cultivo de transgénicos. La totalidad de organizaciones ecologistas, la gran mayoría de organizaciones internacionales de desarrollo, Derechos Humanos y sociales, plataformas de la sociedad de civil, líderes en la lucha por los Derechos Humanos y contra la pobreza como Vandana Shiva tienen la misma postura.

También más de 300 científicos han firmado una declaración en como no existe un consenso científico sobre la seguridad de los transgénicos.
 
En España, esta oposición se plasmó en el Manifiesto contra los transgénicos firmado por personalidades de la sociedad civil hecho público en 2008.
 

Intereses empresariales por controlar el mercado de los transgénicos

La capacidad de poseer y patentar material genético ha concentrado unas riquezas y un poder inmensos en las manos de unas pocas empresas agroalimentarias. Seis empresas, Monsanto, Dow, Syngenta, Bayer, Dupont y BASF son propietarias de casi todos los cultivos transgénicos que se comercializan en todo el mundo, y controlan el 76% del mercado agroquímico. Eso significa que las empresas que producen las semillas transgénicas son las mismas que se enriquecen con la venta de los plaguicidas adicionales necesarios para la agricultura transgénica. De hecho, los principales productores de transgénicos eran originalmente empresas agroquímicas que ampliaron su negocio a la producción de semillas cuando surgieron las lucrativas oportunidades de las semillas patentadas. Esta lógica es contagiosa, y ahora las empresas de semillas están patentando plantas obtenidas de manera tradicional y creando nuevos monopolios en las semillas convencionales. En el Informe de 20 años de fracaso se encuentra toda la información al respecto. 

Greenpeace intentó ayer estar presente en la rueda de prensa que los nobeles hicieron a este caso y fue negada su entrada. La persona que impidió a Greenpeace entrar en la rueda de prensa fue Jay Byrne, quien trabajó anteriormente en la empresa Monsanto.

Notas: (1)

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nurita dice:

en que estudios se basan? podrian mostrarlos??

Publicado 1 julio, 2016 en 13:19 Reportar abusos Reply

nurita dice:

entonces porque firmaron tantos nobeles ?? ustedes como sustentan la teoria que no sirve con

Publicado 1 julio, 2016 en 13:18 Reportar abusos Reply

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