Noticia - 4 mayo, 2005
La Red Solidaria, La Fundación Vida Silvestre Argentina y Greenpeace lanzaron hoy una campaña internacional conjunta de recaudación de fondos para salvar la reserva provincial de General Pizarro, en Salta. Los fondos serán donados a la comunidad de aborígenes wichi que habita en la zona para ser transferidos a la administración de parques nacionales y destinados a la compra de la reserva. Alli se crearía una nueva area protegida. El gobierno salteño sigue promoviendo los desmontes pese a la fuerte oposición pública.
La Red Solidaria, la Fundación Vida Silvestre Argentina y Greenpeace lanzaron hoy una campaña nacional e internacional de recaudación de fondos para comprar las tierras de la reserva de General Pizarro, que podría ser arrasada en pocos días si el Gobierno de Salta autoriza un proyecto de desmontes.
En un hecho sin precedentes, las tres organizaciones no gubernamentales presentaron hoy en una conferencia de prensa la campaña junto al presidente del Directorio de la Administración de Parques Nacionales, Héctor Espina, quien ratificó su predisposición a comprar la reserva para afectarla al sistema nacional de áreas protegidas.
Los fondos serán recaudados en la cuenta número 165-00360859/1 del Banco Río, a nombre del cacique de la comunidad wichí que habita la Reserva de Pizarro, quien luego efectuará una donación a Parques Nacionales para que los destine a la compra de las tierras.
La Campaña tendrá por objetivo reunir aproximadamente siete millones de pesos que serían necesarios para comprar las parcelas en las que ha sido loteada la Reserva Provincial, en la que, además de una comunidad Wichi , viven también varias familias criollas.
"Llegó la hora de la solidaridad con nuestros recursos naturales, esta Reserva es la casa de una comunidad de hermanos Wichi y es nuestro deber moral permitir que ellos se puedan desarrollar en ese espacio, mejorando su calidad de vida sin perder su identidad cultural", sostuvo Juan Carr de la Red Solidaria Argentina.
La Administración de Parques Nacionales recientemente hizo pública su intención de generar una diálogo con la provincia de Salta para construir una solución amistosa y aportaría un millón de pesos para comprar la parcela. Sin embargo, esto no alcanza más que para una parte pequeña de la rematada Reserva.
"Las áreas protegidas son parte de la patria y no pueden estar en venta a ningún privado. Hay sitios donde el agro y el manejo forestal se pueden armonizar inteligentemente, no se trata de enfrentar el progreso. Hasta se pueden explotar en forma correcta las áreas protegidas de Usos Múltiples como planteamos para Pizarro generando empleo y producción sin destruir el nuestro bosque nativo", dijo Javier Cocuera Director General de la Fundación Vida Silvestre Argentina.
"Estamos pidiendo la solidaridad de ciudadanos, empresas y del Estado. Cada peso donando es un mensaje al gobierno nacional de que los Argentinos queremos salvar ese lugar y por eso estamos dispuestos a comprarnos una reserva nacional para nosotros", agregó Emiliano Ezcurra, director de Campañas de Greenpeace.
Las empresas que buscan el desmonte de la Reserva son Everest S.A. de Alvaro Domingo Cornejo e Initium Aferro S.A. representada por el Sr. Sergio Usandivaras. Las instituciones que lideran esta iniciativa ya las han contactado y solicitado reuniones para poder concretar la compra.
"No buscamos que ningún empresario ni la provincia pierdan plata, solo queremos salvar la Reserva y financiar proyectos productivos dentro de ella con la gente que la habita. Todo esto es una cuestión de voluntad política, si el gobierno nacional y el provincial se ponen de acuerdo la Reserva se salva, depende de ellos y el tiempo se agota", agregó Ezcurra de Greenpeace.
La Reserva de Pizarro ubicada en el departamento de Anta, Salta, fue creada a fines de 1995 y desafectada y rematada, en 2004, por el Gobierno provincial, que promueve la explotación agropecuaria de las tierras con el argumento de que se encuentran degradadas.
La venta de la reserva es el primer caso de estas características en el país y es una grave señal. Las 25.000 hectáreas originales del área conservan sectores de transición entre la selva pedemontana de las Yungas y del Chaco Semiárido, dos de los ecosistemas más amenazados de la Argentina por la expansión de la frontera agropecuaria. Un dato basta para confirmar una realidad preocupante y la poca atención que el gobierno salteño le presta a la conservación: en el departamento de Anta – en donde está ubicada la reserva de Pizarro – la tasa anual de deforestación para el período 200-2004 fue de –2.09%. Una cifra que está muy por encima del promedio anual mundial que es de 0.23%. En Anta la tasa anual de deforestación triplica la media mundial.
“Vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para evitar que esta iniciativa siga adelante. Lo mejor de nuestro país no tiene precio. Es fundamental diseñar un plan de ordenamiento territorial para hacer un uso racional de nuestro territorio y de nuestros recursos”, señaló Javier Corcuera.
Hace unas semanas la FVSA, Greenpeace, FARN y Fudación Illay de Salta presentaron un Recurso de Queja ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación que forma parte de la batalla legal que vienen impulsando para impedir, primero la venta y ahora el arrasamiento del área.