Ecologista argentina ayuda a tribu amazónica a demarcar sus tierras.

Noticia - 5 agosto, 2003
La tribu amazónica Deni demarcó su territorio, celebrando su victoria por el derecho a seguir conservando sus tierras en el amazonas brasilero. La argentina Lía Bossio ayudó a la comunidad a finalizar el proceso

Ecologista argentina ayuda a tribu amazónica a demarcar sus tierras

Después de dieciocho años de lucha, el pueblo indígena brasileño Deni demarcó su tierra, con la ayuda de la activista argentina Lía Bossio, de Greenpeace.

Bossio, una joven estudiante de antropología de la UBA, que además trabaja de camarera en Buenos Aires, ha participado de la última fase de la demarcación del territorio de esta comunidad local. “La demarcación de las tierras Deni, es un paso histórico para aquellos que pelean para revertir la destrucción de los bosques nativos alrededor del mundo, y a partir del trabajo con las comunidades tradicionales, poder establecer áreas protegidas bajo el amparo de la ley”, dijo Bossio, activista argentina a bordo de un barco de Greenpeace sobre el río Xeruá.

“Después de cuatro años de trabajo con los Deni, para ganar su derecho a las tierras, estamos convencidos que la preservación de la biodiversidad amazónica, la cual está amenazada por intereses económicos, y por un diseño insostenible de consumismo, será garantizada si es realizada conjuntamente con la gente que cuida el Amazonas como su propio hogar”, agregó.

Desde 1999, Greenpeace ha hecho campañas de demarcación de la tierra Deni, un área de 1.530.000 hectáreas, localizadas en el valle entre el Purus y el río Juruá. Por aquel entonces, Greenpeace estaba investigando la compra de 313.000 hectáreas de selva por la  gigante maderera Malaysian WTK, quienes intentaron explorar la región para tratar de encontrar madera para producir muebles para exportar. WTK, tiene antecedentes de violaciones a las leyes y los derechos de los pueblos indígenas en países donde la compañía opera. Durante las investigaciones de campo, Greenpeace descubrió que la mitad de las tierras vendidas por  WTK 150.000 hectáreas, pertenecían a los Deni.
 
En 2001 un grupo multidisciplinario trabajó con los líderes Deni, de las 8 aldeas, y aprendieron a manejar el equipo de salvamento, como los theodolitos, compases y GPS (sistemas globales de posicionamiento satelital), y también tener una clara noción  de los límites de su territorio. Al mismo tiempo, Greenpeace llevó adelante una fuerte campaña contra WTK, en todo el mundo. Las acciones de Greenpeace derivaron en que la compañía declare públicamente que no exploraría el área delimitada por el territorio Deni, y no pelearía judicialmente contra la demarcación.
 
En septiembre del 2001, los Deni, comenzaron a auto-demarcarse su territorio. Greenpeace envió 13 voluntarios a la región en helicóptero para apoyar el trabajo. Durante un mes, el grupo trabajó bajo condiciones durísimas en la selva, hasta que el Ministro de Justicia de Brasil, ordenó que pararan la auto-demarcación y que los organismos no gubernamentales abandonaran el área. A pesar de eso, los Deni se rehusaron a parar, y después de negociaciones, los esfuerzos fueron reconocidos. En octubre 2001, el Ministro de Justicia de ese entonces, José Gregori, firmó el Acta de Declaración, reconociendo los derechos y el exclusivo uso de estas tierras por los Deni. En mayo de 2003, la demarcación oficial finalmente comenzó, y el proceso se completó.
 
Lía Itati Bossio tiene 24 años (nació el 28 de septiembre de 1978), es soltera y en la actualidad se desempeña como camarera en un restaurante. Estudia en el tercer año de Antropología de la Universidad de Buenos Aires.
 
Trabaja desde los quince años. Entre sus antecedentes laborales, figuran trabajos como asistente en una casa de comida rápida, como recepcionista en una casa de aparatos de uso médico, como operadora de atención al cliente en una empresa de TV por cable o como asistente en un estudio jurídico.
 
En relación a sus estudios, participó de un proyecto de investigación sobre sociedades cazadoras-recolectoras en la cordillera patagónica y en un proyecto de recuperación de la memoria histórica del centro clandestino de detención y tortura “Club Atlético”, que funcionó durante la dictadura militar.
 
Durante el año 2000 estuvo cinco meses de viaje de mochilera por Europa (donde aprendió francés). Luego, Lía se sumó a Greenpeace en noviembre de 2000, y es la única activista que participó de todas las actividades de la entidad ambientalista.
 
Lía participó, por ejemplo, de una serie de acciones directas contra industrias que contaminan el río y el aire de comunidades locales de Santa Fe, Santiago del Estero y provincia de Buenos Aires. Estuvo detenida, junto a otros activistas, cuando realizaron una sentada, con inodoros, en el Congreso de la Nación, denunciando un acuerdo nuclear que permitía el ingreso de residuos radiactivos a la Argentina, algo prohibido por la Constitución. En julio de 2003, interponiendo su cuerpo, bloqueó una topadora en la finca salteña de Urundel, para impedir un desmonte en la selva de Yungas por parte de una empresa española.

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