Estudio científico revela la existencia de ADN desconocido en la soja transgénica de Monsanto

Noticia - 15 agosto, 2001
La soja transgénica que se vende en el mercado no es idéntica a la que aprobó la autoridad competente. el 90% de la soja Argentina es la variedad transgénica de la multinacional semillera

Greenpeace dio a conocer este miércoles información publicada por un equipo de científicos belgas en el European Journal of Food Research Technology que demuestra la existencia de "ADN desconocido” en la soja transgénica "Roundup Ready" (conocida como soja RR), patentada y vendida por la multinacional semillera Monsanto (1).

La revelación coincide con las sesiones que está desarrollando esta semana la industria biotecnológica latinoamericana en la ciudad argentina de Mar del Plata, convocada por la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (AAPRESID).

"Los descubrimientos claramente establecen que la soja transgénica que fue aprobada, y cuyo permiso se basó en los datos proporcionados por Monsanto, no es la misma que la compañía vende desde 1996 en todo el mundo", dijo Emiliano Ezcurra, de Greenpeace.

Esta es la segunda vez comprobamos que Monsanto ni siquiera conoce la información genética básica que contiene su organismo transgénico más vendido (2). La organización ambientalista internacional demanda a las autoridades argentinas y de otros países a que tomen medidas en este asunto. En la Argentina, este producto fue aprobado bajo los datos inexactos e incompletos que entregó Monsanto a las autoridades gubernamentales. El 90% de la producción argentina de soja, proviene de la variedad transgénica de Monsanto.

"Desde el punto de vista legal, la única reacción adecuada es la de re-evaluar los impactos de este organismo transgénico para el ambiente y la salud”, dijo Ezcurra. Y enfatizó: "la descripción exacta del ADN inserto y de las alteraciones genéticas del organismo es la verdadera base de cualquier próxima evaluación de riesgo” (3).

El estudio afirma que existe “(...) un segmento de ADN de 534 bp (pares de bases) para el que no se ha detectado ninguna secuencia homóloga“. Los científicos concluyeron que "(…) durante la integración del ADN inserto, podría haber ocurrido un reacomodamiento o una supresión”. Greenpeace señaló por su parte que no se puede descartar la posibilidad que el ADN desconocido provenga de otro organismo (por ejemplo: bacterias utilizadas en el proceso de ingeniería genética).

En Europa, el Comité Asesor del Gobierno del Reino Unido en Nuevos Alimentos y Procesos (ACNFP) fue la autoridad que inicialmente evaluó la soja transgéncia de Monsanto y sugirió aprobar su importación a Europa. Por lo tanto, la ACNFP es también la autoridad responsable en Europa para el futuro accionar con respecto a esta soja.

La ACNFP había sido informada acerca del ADN desconocido por los científicos belgas en noviembre de 2000. En enero de ese año, el Comité aceptó que existía todavía incertidumbre respecto del origen del ADN, y le pidió a Monsanto que provea la información necesaria para demostrar que este ADN es “silencioso” e incapaz de sintetizar nuevas proteínas.

"Que las autoridades relevantes pidan a la compañía que otorgue la información ahora, teniendo en cuenta que no la proporcionó cuando debió hacerlo, no inspira demasiada confianza, ni tampoco se condice con un proceder científico serio”, prosiguió Ezcurra. "Y no es seguramente lo que los consumidores llamarían medidas adecuadas para proteger la bioseguridad o la salud humana”.

A la fecha, la ACNFP no ha publicado (probablemente no ha obtenido) ninguna nueva información respecto del origen y las posibles funciones que tengan este fragmento de ADN desconocido. “A esta altura, esperamos que las autoridades responsables de la evaluación de cualquier nueva evidencia científica sobre transgénicos aprobados, intervenga e inmediatamente tome las medidas precautorias correspondientes”, sostuvo Ezcurra.

Esta es la primera vez que una publicación científica publica un análisis independiente sobre la información entregada por una compañía para la aprobación de un transgénico. En la mayoría de los casos las autoridades argentinas no han tenido los medios, ni la intención de chequear las descripciones entregadas por las compañías y han confiado plenamente en la información entregada por las mismas. "Si Monsanto no entregó correctamente esta información, que es básica, ¿qué podemos esperar entonces respecto del resto de tests y experimentos posteriores que teóricamente afirman la seguridad del producto, pero que en realidad están basados en esta misma información incompleta?”, se preguntó.

Años atrás, se han observado “efectos secundarios” de la soja RR, pero nunca fueron explicados. Esto incluye niveles diferentes de fitoestrógenos entre la soja convencional y la transgénica, y aumento del contenido de lignina, que hace que la planta de la soja RR sea más frágil en altas temperaturas y tenga menor rinde (4).

Como el tamaño del nuevo fragmento de ADN desconocido permitiría que la secuencia codifique para una nueva proteína o incluso desarrollar nuevas funciones, siendo que su origen y funciones parecen ser desconocidas tanto por Monsanto como por las autoridades competentes, Greenpeace publicó hoy la secuencia en su página internacional e invita a la comunidad científica internacional a colaborar en la identificación de su naturaleza y de sus posibles consecuencias.