Greenpeace ocupa 4 plantas de carbón para exigir al G8 una acción urgente contra el cambio climático

Noticia - 8 julio, 2009
Esta mañana, más de 100 activistas de Greenpeace de 15 países, ocuparon cuatro centrales eléctricas de carbón de Italia, en reclamo de que los dirigentes del G8 reunidos en L’Aquila, Italia, tomen un decisivo liderazgo contra el cambio climático.

25 activitas de Greenpeace ocupan la planta de carbón Marghera en Venecia, Italia.

El carbón es el peor contaminante del clima de todos los combustibles fósiles. Nuestros activistas hicieron un llamado a los Jefes de Estado del G8 a tomar responsabilidad personal para evitar el cambio climático.

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Acciones en Italia

"Los políticos hablan, pero los líderes actúan", dice Ben Stewart del Reino Unido. Él está actualmente en la parte superior de los 160 metros de altura en la chimenea de la planta Fusina en Marghera, cerca de Venecia. Él y otros 14 escaladores subieron la chimenea y cerca de las grúas para colgar carteles que dicen: "G-8: Asuman el liderazgo del clima" y " Revolución Energética = Empleos limpios". Otros 5 activistas están bloqueando la cinta transportadora de carbón de la planta.

Ben no es ajeno a las centrales eléctricas de carbón. Fue uno de los seis activistas que fueron absueltos el año pasado de las acusaciones de vandalismo, después de pintar la chimenea de Kingsnorth, la controvertida planta de energía del Reino Unido. Hoy, vuelve a  la acción y sabe claramente por qué es importante: "No hay más tiempo que perder", dice Ben. "Los líderes del G8 deben dejar de poner los intereses de las grandes plantas de carbón y otras industrias contaminantes del clima por encima del futuro del planeta y tomar medidas enérgicas y un liderazgo decisivo en el cambio climático. Esto significa recortar las emisiones para el año 2020, invertir en la adaptación y mitigación en el mundo en desarrollo y detener la deforestación tropical".

En el norte de Italia, 6 escaladores tomaron la vieja planta de energía en Porto Tolle,  escalando una chimenea que es la segunda más elevada del país. El Gobierno italiano tiene previsto volver a abrir la planta como una planta denominada de "carbón limpio", mediante la aplicación de una tecnología experimental llamada captura y almacenamiento de carbono a pesar del hecho de que, hasta ahora, ninguna central térmica de carbón de gran escala está equipada con esta tecnología, y los expertos dicen que faltan por lo menos otros 10 años para que pueda utilizarse, si es que alguna vez se puede.

Cuando la planta vuelva a abrir, emitirá más de 10 millones de toneladas de CO2. Según el Protocolo de Kyoto, Italia necesita reducir 100 millones de toneladas de CO2, no aumentar su contaminación por CO2. Los planes de Italia para la planta de Porto Tolle podrían socavar sus compromisos de lucha contra el cambio climático.

En el Vado de Liguria, cerca de Génova, 11 alpinistas escalaron las dos chimeneas de la planta de Savona, colgando una pancarta que reza "Es tiempo de asumir el liderazgo en el Cambio Climático".

También en Brindisi, en el sur de Italia, 6 activistas bloquearon la cinta transportadora de carbón de una de las plantas más grandes y contaminantes de CO2 en el país, y 7 escaladores - entre ellos el coordinador de la campaña de Cambio Climático de Greenpeace Australia y el Pacífico, Julien Vicente - subieron a la chimenea. Más de 14 millones de toneladas de CO2 al año salen de la chimenea de la planta de Brindisi, lo que es aún más que las emisiones de los 40 países menos contaminantes juntos.

"Al bloquear las cintas transportadoras de carbón, podemos evitar que el carbón entre en la planta, y podemos evitar que la planta contamine el planeta", afirma Julien. "Estamos tomando una acción directa para salvar el clima del mundo, ahora necesitamos ver que el G8 haga lo mismo."

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El mundo entero en sus manos…

Hoy no es la primera vez en la semana que los activistas de Greenpeace desafiaron a los líderes mundiales a actuar para salvar el clima, o llamaron la atención sobre los impactos que el cambio climático está causando en el mundo.

Ayer, en París, Francia, activistas de Greenpeace le entregaron el "mundo" - en la forma de un globo inflable - al Presidente Lula. Lula estaba en Francia para recibir el premio a la paz Félix Houphouët-Boigny en la sede de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) en París.

Dos activistas de Greenpeace desplegaron dos carteles con la leyenda 'Salven el clima, Salven el Amazonas ", mientras un  tercer activista subió al escenario durante la ceremonia para entregarle el globo inflable al Presidente. Lula lo aceptó en la tercera oferta. Greenpeace le pide al mandatario que cumpla su compromiso con el medio ambiente y en la lucha contra el cambio climático. La deforestación del Amazonas coloca a Brasil como el cuarto más alto emisor de gases de efecto invernadero a nivel mundial. El Amazonas es esencial para la salud de nuestro planeta, porque es de vital importancia en la regulación de la lluvia, y lo más importante, un gran sumidero de carbono  ya que se ha estimado que la selva amazónica almacena más de 10 veces el importe anual de las emisiones realizadas por los seres humanos, a nivel mundial.

Hay una enorme brecha entre el discurso de Lula internacionalmente y la realidad de las acciones que su gobierno está tomando para proteger la selva amazónica. Cuando la destrucción de la selva tropical representa aproximadamente el 20% de las emisiones mundiales de gases de efecto, Lula realmente tiene en sus manos la continuidad de la salud y la seguridad del mundo.

También ayer en París, Greenpeace Francia le reclamó al presidente Nicolas Sarkozy que asuma el liderazgo en la deuda del cambio climático instalando en el Río Sena, d un "iceberg" gigante iluminado.

Los activistas que participaron de las acciones en Italia hoy vinieron de muchas partes del mundo - desde el Reino Unido, los EE.UU., Japón, Alemania, Francia, Canadá, Italia, Brasil, Finlandia, Israel, Turquía, Grecia, Polonia, Filipinas, República Checa, Eslovaquia, Hungría y España - para realizar un impresionante reclamo mundial, y no sin buenas razones. El cambio climático es un problema mundial y requiere una solución global. Los líderes del G8 deben mostrar un verdadero liderazgo para luchar efectivamente contra la crisis del cambio climático.

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