Greenpeace repudia informe anual del PNUD por su injustificado respaldo hacia la biotecnología

Noticia - 11 junio, 2001
Para Greenpeace, el informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo presente como hechos promesas frívolas sobre los supuestos beneficios de la biotecnología e ignora los retos reales que enfrenta la agricultura en los países en desarrollo

Greenpeace condena y rechaza categóricamente las recomendaciones de aplicación de transgénicos contenidas en el informe anual del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). El informe presenta como hechos las promesas frívolas y sin sustento que ha hecho la industria agrobiotecnológica, minimiza los riesgos ecológicos e ignora los retos reales que enfrenta la agricultura en los países en desarrollo.

'No obstante que el informe sigue en general la respetada tradición del PNUD de proporcionar datos contundentes y ofrecer una visión crítica de los principales temas del desarrollo, sus planteamientos sobre la agricultura biotecnológica parecen haber sido escritos por la oficina de relaciones públicas de una empresa con el fin de promover los trangénicos", afirmó Emiliano Ezcurra, coordinador de la campaña de biodiversidad de Greenpeace.

El reporte del PNUD sostiene que los transgénicos incrementarán la productividad y las propiedades nutritivas, y proporcionarán soluciones para retos agrícolas complejos, tales como el control de plagas y la sequía. La realidad es que no existe ningún transgénico en el mercado que cumpla tales promesas, y que sea de relevancia para las necesidades de la agricultura en los países en desarrollo.

'El PNUD debería comprender que los complejos problemas de hambre y desarrollo agrícola no serán solucionados con “panaceas” tecnológicas. Esta crisis es resultado de la negativa y del desprecio hacia la investigación y la inversión en el uso y desarrollo de tecnologías agrícolas sustentables desde una perspectiva de las comunidades marginadas”, aseveró Ezcurra.

El apoyo para el desarrollo agrícola ha descendido dramáticamente durante los últimos diez años. La cooperación en los campos de la agricultura, las actividades forestales y la pesca que solían brindar los países donantes de la OCDE se ha reducido a la mitad, de más de 7 mil millones de dólares en 1989 a menos de 3 mil millones en 1999. La caída en el apoyo de las instituciones multilaterales como el PNUD y el Banco Mundial a la investigación en agricultura ha sido particularmente dramática: pasó de 3,500 millones de dólares en 1989 a menos de 500 millones en 1999.


“Que el PNUD promueva el uso de transgénicos en países en desarrollo como una solución al problema del hambre, después de abandonar cualquier papel relevante y sustancial en el apoyo al desarrollo de la agricultura, es extremadamente hipócrita y le resta toda credibilidad al PNUD. En vez de abogar por la exportación de tecnología genética insegura y riesgosa hacia los países del sur (ricos en biodiversidad), las agencias como el PNUD deberían concentrarse en la promoción y diseminación de métodos probados y sustentables para mejorar las prácticas agrícolas", sostuvo Ezcurra.

El enfoque del PNUD sobre los riesgos ambientales asociados a la liberación de transgénicos al ambiente y los riesgos potenciales para la salud sólo pueden ser descriptos como superficiales. Hay un acuerdo general respecto a que los riesgos ambientales de los transgénicos, sobre todo los de largo plazo, no pueden ser vislumbrados plenamente con los medios científicos presentes ya que se requiere mucha más investigación para establecer con certeza la seguridad de tales variedades como alimentos.

“La realidad es que los transgénicos están enfrentando un rechazo creciente en todos los países industrializados y que las compañías globales de agroquímicos y transgénicos están derivando estas tecnologías hacia los países en desarrollo. El planteamiento de que la desconfianza creciente que la biotecnología está enfrentando en el sur es resultado de la exportación de los conservacionistas del norte es un insulto, no sólo para los cientos de organizaciones no gubernamentales locales que trabajan en este tema, sino además para la mayoría de los gobiernos de países del sur, que pelearon duro en contra de los intentos de la industria y el gobierno estadounidenses por evitar que existiera el Protocolo Internacional sobre Bioseguridad, que fue adoptado el año pasado y que claramente aboga por un principio precautorio en el uso de la biotecnología”, agregó.

Greenpeace destaca que los países en desarrollo requieren urgentemente estar en posición de identificar los transgénicos que entran a sus territorios y que deben ser capaces de desarrollar sus propias formas de aproximarse a los avances en la biología molecular. Asimismo, Greenpeace apoya el desarrollo y el acceso a nuevas tecnologías, siempre y cuando éstas no representen una amenaza a la biodiversidad ni tengan por móvil oculto el control por parte de unas cuantas empresas de la riqueza biológica y la alimentación mundial, como ocurre con la biotecnología, de acuerdo con los marcos legales de propiedad intelectual vigentes.

“La industria transnacional no va a alimentar al mundo con los transgénicos, pero sí va a poner en riesgo ecosistemas completos y va a imponer mayores riesgos a la seguridad alimentaria global”, finalizó el representante de Greenpeace.

El PNUD organiza nueva discusión sobre transgénicos en la que sólo participan quienes apoyan esta tecnología.

Para hoy en la ciudad capital de México (DF), el PNUD organizó una mesa redonda con biotecnólogos mexicanos destacados y con representantes de la iniciativa privada para discutir sobre los transgénicos, sus oportunidades y retos, sin invitar a estudiosos de la problemática social y económica de países pobres a participar en la misma.

La mayoría de los biotecnólogos son expertos en su materia pero están aislados de la sociedad. Hasta ahora su trabajo es en gran parte financiado por la iniciativa privada, cuyos objetivos generalmente no tienen que ver con las necesidades ni la solución de problemas, sino con oportunidades de negocio.

Las empresas participantes en esta mesa de trabajo hablarán felizmente de las oportunidades de negocio y las maravillosas cifras de millones de dólares que pueden ganar, sin que esto represente ningún beneficio para la población.

Si es grave ver a gobiernos organizando foros para que la industria agrobiotecnológica dé a conocer las soluciones geniales que dice tener, es más grave aún que el PNUD adopte la misma postura, en grave contradicción con la trayectoria de análisis serio y objetivo de la realidad que hasta ahora ha mantenido.