Greenpeace repudia la reapertura de industrias contaminantes.

Noticia - 20 septiembre, 2000
Escape tóxico en Bahía Blanca

Greenpeace repudio el levantamiento de las clausuras de SoIvay Indupa y renovó su reclamo para el abandono de la industria de cloro y PVC por los impactos ambientales que inevitablemente provocan.

El escape de cloro ocurrido el 20 de agosto en la empresa de capitales belgas, Solvay Indupa en Bahía Blanca muestra uno de los tantos problemas ambientales y peligrosidad que implica la producción de cloro y PVC (Policloruro de Vinilo).

Estos problemas incluyen los escapes accidentales de materiales tóxicos empleados como materia prima, los residuos contaminantes generados durante la fabricación y emitidos al medio ambiente, la migración de aditivos peligrosos desde los productos fabricados con PVC y sus impactos ambientales al fin de su vida útil.

Por esos motivos Greenpeace entiende que la industria de cloro y PVC debe reemplazarse progresivamente. Sin embargo, los trabajadores no deben ser quienes paguen el costo de eliminar las industrias sucias; y debe establecerse un plan de transición que contemple, ampare y reubique a los trabajadores en otros sectores productivos menos riesgosos para el medio ambiente y la salud humana.

"Las autoridades municipales y provinciales han dejado en evidencia que son rehenes de las empresas. Ellas presionan con las fuentes de trabajo y las autoridades aceptan su apertura a cualquier costo. Incluso habiendo escuchado los reclamos de los propios trabajadores que manifestaron haber llamado la atención de la empresa en distintas oportunidades por la falta de seguridad" manifestó la Coordinadora de la Campaña de Tóxicos de Greenpeace, Verónica Odriozola.

"En lugar de aprovechar la oportunidad para mostrar que la salud y el medio ambiente importan mas que los intereses privados, las autoridades se hicieron las distraídas y hasta parecen arrepentirse de haberlas clausurado" concluyó Odriozola.

Greenpeace había reclamado mediante una carta a la multinacional en Bélgica, que entregue a la comunidad los documentos e informes sobre sus programas de prevención de accidentes y respuesta ante emergencias, los mismos nunca fueron presentados.

El gigante químico Solvay posee numerosos antecedentes de contaminación en Latinoamérica. En 1998, Greenpeace ya había denunciado a la planta de Bahía Blanca por descargas directas de mercurio y compuestos organoclorados al medio ambiente. La organización ambientalista había denunciado también a la planta de Solvay en Brasil como responsable de la contaminación con dioxinas detectada en leche en Alemania. Como resultado de esta investigación Solvay Brasil firmó un acuerdo legal para limpiar la zona contaminada y el lecho del río.