Paradoja: otra cosecha record con millones de argentinos con hambre
Greenpeace presentó este domingo, en la Cumbre Mundial de la Alimentación de las Naciones Unidas, un crítico informe sobre el esquema agrícola, que no ha contribuido a solucionar el hambre en la Argentina. El documento, titulado “Cosecha récord, hambre récord” , desmitifica los supuestos beneficios económicos y ambientales de los transgénicos aplicados en la Argentina, tal como suele presentarse desde empresas multinacionales semilleras y políticos nacionales.
En estos momentos, representantes de todo el mundo –incluidos de la Argentina– se encuentran convocados por la FAO para discutir planes tendientes a solucionar las causas del hambre y la desnutrición.
La Industria de los transgénicos viene prometiendo que la aplicación de sus tecnologías solucionará el problema del hambre en el mundo. Pero el informe de Greenpeace señala que en la Argentina ha sucedido todo lo contrario. “Bajo el poder de multinacionales como Syngenta o Monsanto, que buscan ser los ´nuevos amos’ mundiales de los alimentos, desde los campos hasta la mesa, nuestro país ha puesto su seguridad alimentaria en un altísimo riesgo” , dijo en Roma Emiliano Ezcurra, de Greenpeace Argentina.
Greenpeace se dirigió a los delegados presentes en la Cumbre Mundial de la Alimentación al desplegar un cartel de 50 metros en el que podía leerse: “Los ´dictadores de la comida´ no alimentarán al mundo”, justo en frente del Castillo de San Ángel, a metros de la Basílica de San Pedro, en el centro histórico de Roma (2).
Desde la introducción de los transgénicos en 1996, la Argentina ha adoptado a esos cultivos con más entusiasmo que cualquier otro país, exceptuando a los Estados Unidos. Nuestro país es el segundo productor mundial de transgénicos, exportando la mayor parte de su producción, que luego se convierte en alimento para ganado.
La superficie destinada al cultivo de soja se ha casi duplicado (3), y esto aumentó consecuentemente las cosechas, llegando a los niveles récord de 30 millones de toneladas. Durante este mismo período, la falta de seguridad alimentaria se ha incrementado notablemente y la mitad de la población es pobre, padece hambre y no puede satisfacer sus necesidades básicas, según las mismas estadísticas gubernamentales. Dieciocho de los 37 millones de argentinos viven bajo la línea de la pobreza.
“Existen muchos y diversos factores desencadenantes de la actual crisis económica en la Argentina. Funcionarios y empresarios dijeron que los transgénicos acabarían con el hambre. Es falso: la gran diseminación de transgénicos en el país no ha hecho nada para mejorar esta situación, sino que ha encerrado a la Argentina en un negocio equivocado, un modelo agro-exportador insustentable y alimentariamente inseguro”, agregó Ezcurra.
Por otra parte, la producción de transgénicos en la Argentina ha causado una expansión masiva de la frontera agrícola, especialmente en los cultivos de soja, y la tierra ha quedado concentrada en pocas manos, marcando así otro récord paradójico: hay más producción, pero más de 60 mil pequeños y medianos establecimientos agropecuarios han desaparecido en la última década, ocasionando un gran éxodo de habitantes.
Argentina es el quinto exportador mundial de alimentos en el mundo: es el primer exportador de aceite y ´pellets´ de soja, de aceite y ´pellets´ de girasol, de limones, peras, manzanas y miel. “Al mirar estos datos, es sorprendente ver a niños desnutridos y a gente con hambre en nuestro país” , concluyó Ezcurra.
(1) Ver informe "Cosecha récord - Hambre récord"... Ver más informes: "Promesas llenas, estómagos vacíos" (declaración de Roma sobre Seguridad alimentaria de 1996 y la realidad de hoy). "Recetas contra el hambre" y www.farmingsolutions.org en donde se exponen casos concretos y exitosos de agricultura sustentable.
(2) Durante la Cumbre Mundial de la Alimentación, que se desarrolla del 10 al 13 de Junio 2002, Greenpeace reclama las siguientes medidas: • Prohibir la liberación de cultivos transgénicos y organismos genéticamente modificados. • Garantizar la soberanía y seguridad alimentaria en la próxima década, priorizando la aplicación de prácticas agrícolas sustentables que respeten el conocimiento tradicional y el ambiente. • Ratificar inmediatamente el Tratado Internacional sobre Recursos Genéticos Vegetales para la Alimentación y la Agricultura y el Protocolo de Bioseguridad de Cartagena. • Reconocer e implementar el derecho soberano de los países a prohibir las importaciones de OGMs y proteger de la contaminación genética sus patrimonios genéticos, especialmente en los países que son además centros de diversidad de cultivos. • Detener el patentamiento sobre las formas de vida y prohibir cualquier "tecnología restrictiva", especialmente la llamada "Terminator", así como mantener y aumentar el control público sobre la diversidad agrícola. • Eliminar los subisidios gubernamentales que soportan prácticas agrícolas que destruyen el ambiente.
(3) La superficie destinada al cultivo de soja en la Argentina se incrementó de 6.002.155 hectáreas en 1995/96 a 10.665.160 hectáreas en 2000/2001.