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Mantener el status quo (estado actual de las cosas) es la alternativa que muchas personas eligen frente a la decisión de asumir nuevos desafíos o cambios relativos a muchas situaciones de su vida personal y profesional o incluso cuando esa decisión puede afectar a terceras personas, como en el caso de votar en una elección. En política, se apela al status quo como forma de restar importancia a escenarios críticos, donde los costos de tomar medidas drásticas que solucionen la crisis, no se quieren asumir, es decir, chutear la pelota.

Lamentablemente y debido a que los beneficios se materializan a largo plazo, ésta es una actitud muy habitual que ejercen los gobiernos, cuando son precisamente esas instancias (las crisis) la idóneas para arriesgar y generar cambios ambiciosos que solucionen el problema de raíz.

En los últimos días hemos visto que el gobierno, para hacer frente a la pronosticada crisis energética, ha presentado la “Comisión Asesora Para El Desarrollo Eléctrico” que tiene como objetivo desarrollar las bases de una ausente política energética hacia el 2050. ¡Bien! Finalmente después de pasar por constantes problemas energéticos -incluyendo racionamiento eléctrico- se toma el tema en serio y se decide hacer algo al respecto. Pero antes de celebrar tranquilamente, analicemos un poco el contexto:

1º “El problema” Dentro del diagnóstico que realiza el gobierno para aventurar la futura crisis energética identifica fallas en Marco Regulativo, el cual no estaría funcionando en forma correcta impidiendo la caída de los precios y limitando la competencia. También le preocupa la carbonización de la actual y futura matriz eléctrica y asimismo, ve con inquietud, la demora en la aprobación de los proyectos de generación y la oposición ciudadana que existe sobre las fuentes convencionales de energía.

2º “La Solución" Como advertimos anteriormente, se creó “La Comisión” para dar respuesta tanto a los problemas antes mencionado como otros que generarán la futura crisis energética. Aquí dos interrogantes:

¿Es necesaria tal instancia?
¿Los integrantes son los más idóneos para responder a tan importante desafío?

Respuesta 1: ¡Sí!
Respuesta 2: Sin ánimo de desprestigiar ni de poner en duda las competencias y logros profesionales de algunos de los 14 integrantes de “La Comisión” (no soy quién para hacerlo), sí exponemos los atributos de la elección realizada por el gobierno, juzgue usted:

  • Sebastián Bernstein y Renato Agurto, coautores de la Ley General de Servicios Eléctricos de 1982.
  • Alejandro Jadresic, ex presidente de la Comisión Nacional de Energía (CNE), quien negocio el protocolo gasífero con Argentina.
  • Marcelo Tokman, ex Ministro de Energía durante “la tormenta perfecta” como el mismo definió la crisis de 2008, debido al alto precio del petróleo, el corte de suministro de gas desde Argentina y la sequía.
  • Juan Antonio Guzmán (presidente de la Comisión), ex Gerente General de GENER (segundo generador eléctrico del país, principalmente en base a carbón), ex profesor ,ex jefe directo y actualmente socio gastronómico del Biministro Laurence Golborne.
  • Sergio del Campo (actual sub secretario de Energía), ex gerente general de la Termoeléctrica a carbón Guacolda (activo de GENER).
  • Jorge Zanelli, autor del informe sobre “La Opción Núcleo-Eléctrica En Chile”
  • Hugh Rudnik, Destacado académico de la UC, promotor (como todos los anteriores) de la energía nuclear, mega Hidroeléctricas y termoelectricidad en base a carbón.

Por lo tanto, si la idea es remediar los problemas que hemos acarreado durante los últimos 30 años, ¿Por qué tenemos que creer que no se mantendrá el status quo, si a los que se invita a dar soluciones son los mismos responsables de la actual y futura crisis energética?. Y más aún ¿Quién representa aquí a la sociedad civil, la misma que ha asumido los costos de una matriz energética que sólo regula quien ronca más fuerte en el mercado?

El gobierno debe entender que apostar a una matriz eléctrica sustentable de aquí a 40 años, se debe hacer, como dijo el propio Presidente, “con energías del futuro”, no con combustibles “fósiles”.

Todos los anteriormente nombrados hablan de que Chile no tiene energía, ciertamente no estamos parados sobre pozos de petróleo (por suerte), pero eso es mirar el vaso medio vacío, ya que a Chile le sobra energía.

  1. Nuestra generosa geografía nos entrega el 10% de los volcanes activos del mundo, con un potencial geotérmico enorme.
  2. Una larga costa que nos provee de un gran potencial eólico y en el futuro de miles de MW de energía mareo-motriz.
  3. Tener el desierto más árido, nos entrega las mejores condiciones del mundo para desarrollar la energía solar.

Entonces es de esperar que me equivque y que “La Comisión” vea también el vaso medio lleno y que “el relato” de la nueva forma de gobernar lo explicite rompiendo el status quo en materia energética y así no tener que recordar las sabias palabras del Albert Einstein sobre la locura: “hacer siempre lo mismo y esperar resultados diferentes”.