A principios de este mes, Roberto Angelini Rossi, Presidente del directorio de Empresas Copec, fue premiado por la Pontificia Universidad Católica por su "valioso aporte a esa casa de estudios", lo que no nos sorprende, puesto que la Fundación Copec-UC lleva años apoyando proyectos de Recursos Naturales, los que ayudan a sacar valor agregado a los recursos naturales en nuestro país.
Sin embargo - y más allá de sus declaraciones - Angelini ha elegido seguir empujando el uso de los recursos naturales, especialmente del Carbón, para avanzar en sus negocios y no necesariamente en el desarrollo del país.
De hecho en su discurso en la ceremonia en la SOFOFA señaló que “nos movilizó entonces la convicción de que la innovación es el factor detonante de un crecimiento sólido y duradero para cualquier país. Ello se hace especialmente patente en un escenario como el de hoy, en que los amplios vaivenes de la economía internacional golpean con fuerza a los países que basan su crecimiento en bienes primarios, con escasa aplicación de conocimiento, afectando con ello a su desarrollo económico y social. Agregar valor y diversificar son tareas que naciones como la nuestra deben acometer con el más decidido propósito”.
¿Pero cómo es esto? Bueno, la empresa que él preside junto al holding Von Appen eligieron la Patagonia Chilena para desarrollar cinco minas de carbón a tajo abierto en una zona de alto valor natural, cómo lo es la Isla Riesco. Dicho sea de paso, existe una reserva forestal muy cerca de donde se emplazarían los proyectos mineros y para su aprobación han usado los mismos ardides que otros proyectos, separando los diferentes componentes para evitar la evaluación ambiental integral del proyecto presentando de a uno el puerto y los diferentes proyectos mineros.
Negocio redondo, pues mientras perpetúan el modelo de desarrollo que ellos mismos dicen que está mal, el carbón de su nuevo proyecto minero va a las termoeléctricas de Copec.
Por otro lado, si su intención es entregar innovación a un país que basa su crecimiento en los bienes primarios, no está del todo en línea con este pensamiento su fuerte apoyo al proyecto Mina Invierno que prometió de todo pero que a poco andar ya tuvo graves problemas con sus trabajadores. Según denunció en enero el Presidente de la CUT de Magallanes, Dalivor Eterovic, existían condiciones de “hacinamiento, insalubridad e inseguridad”. Eterovic lamentó que la Minera Isla Riesco se lave las manos diciendo que el problema es de Belfi y no de ellos. "No hay que olvidar que la minera comprometió empleos decentes”, pero siempre el problema es de terceros.
El grupo que el señor Angelini preside tiene varios problemas ambientales en su prontuario; el de Mina Invierno es el más reciente. Sólo hay que recordar uno de los más celebres, el de CELCO en Valdivia y la única emergencia nuclear que ha habido en Chile, en la que varios cientos de trabajadores se vieron expuestos a material radioactivo durante la construcción de su planta de Celulosa en el Río Itata, cuyo principal dueño es COPEC.
Así como vemos, sus aportes al medio ambiente - especialmente en el empuje del carbón en vez de avanzar en fuentes de energía limpias - sólo siguen los pasos de su tío, Anacleto Angelini, quien ya ganó el Condorazo Ambiental el año 2006.
