Hemos llegado a la mitad de la semana de la reunión internacional donde se decide el futuro del jurel, especie víctima de la sobreexplotación en las aguas del Pacífico Sur. El cuadro es dramático: la especie está al borde de la extinción, al disminuir su biomasa en un 90% durante los últimos 20 años.
Para Greenpeace, la prioridad está clara. El pasado lunes, mientras la reunión se iniciaba en el Hotel W de la ciudad de Santiago, un grupo de activistas de nuestra organización extendió dos lienzos, uno desde el frontis y otro desde una ventana, con la leyenda “Salven al jurel”.
Así de grave es el problema y así de urgentes se hacen las medidas. La cita en la que participan 15 países más la Unión Europea es vital para la protección del jurel, pero el incumplimiento de las medidas y las denuncias de información de capturas falsas hacen peligrar los acuerdos de manejo de los recursos pesqueros en el océano más grande del mundo, justamente violando el objetivo de las negociaciones, lo que ha puesto al recurso en una muy difícil posición.
Una de las denuncias aluden a la flota rusa, la que en conjunto con Perú informó de capturas de 40.000 toneladas por parte del buque factoría Lafayette, cifra que fue puesta en duda por Greenpeace y por una reciente inspección de la Comunidad Europea.
Rechazamos cualquier incumplimiento a las medidas de manejo que se han tratado de implementar porque ponen una mayor presión sobre un recurso que se encuentra al borde del colapso. Lamentablemente Perú, Ecuador, Rusia, China y Corea no lo ven de esa manera.
La cita en la que varios países buscan la ratificación de la Convención para la Conservación y Ordenación de los Recursos Pesqueros en el Alta Mar del Océano pacífico Sur, sesionará diariamente hasta el próximo viernes.
Es muy importante que los ciudadanos estén informados y que, de esta reunión, salgan medidas que efectivamente salven al jurel de la extinción.
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