Terminal pesquero metropolitano

Esta semana puede convertirse en una semana histórica para la protección del Jurel y los ecosistemas marinos en aguas internacionales en el océano más grande del mundo, debido a que de ser ratificada la Organización Regional de Pesca del Pacífico Sur (ORP-PS) por parte del Senado de Chile, esta convención debería entrar en vigor en menos de tres meses.

El artículo 38 apartado 1de la Convención establece que el Convenio entrará en vigor 30 días después de la fecha de su aprobación definitiva, la que requiere que concurran por lo menos tres Estados ribereños adyacentes a la zona del Convenio y al menos tres Estados costeros no adyacentes cuyos buques pesquen o lo hayan hecho en el Área de la Convención.

Ya casi se han cumplido estos requisitos. Sólo queda que uno de los países de ‘este lado’ de la zona del convenio ratifique y el que se encuentra más avanzado en esa tarea es Chile. Otros países que podrían hacerlo son Perú y Colombia (que tienen el tratado entrampado en sus respectivos congresos) más Ecuador, país que no ha firmado el texto de acuerdo y por ende se encuentra mucho más atrás.

Esta historia comienza en el año 2006, cuando Chile junto a Nueva Zelanda y Australia patrocinaron la creación de la ORP. Para ello apoyaron una serie de reuniones de consulta para homologar criterios entre todas las naciones involucradas en la captura de especies transzonales en el área de la convención, en consonancia con el derecho internacional y las mejores prácticas promovidas por la Organización para Alimentación y Agricultura de las Naciones Unidas, FAO.

La primera reunión internacional para discutir el establecimiento de la Organización Regional de Pesquera tuvo lugar en Wellington, Nueva Zelanda, en febrero de 2006. Las siguientes reuniones fueron en Australia, Reñaca - Chile, Nueva Caledonia-Francia, Guayaquil-Ecuador, Canberra-Australia, Lima-Perú y Auckland-Nueva Zelanda. Durante todo el proceso de negociación Greenpeace ha estado trabajando para que se regulen las pesquerías incorporando el Enfoque Ecosistémico y el Principio Precautorio.

En la primera de las reuniones de consulta, se crearon dos grupos técnicos para apoyar el trabajo de la ORP, el Grupo de Trabajo Científico y el de Datos e Información, los que han estado reuniéndose periódicamente para ayudar a la toma de decisiones de los representantes de cada país.

En este proceso se han adoptado también varios acuerdos no vinculantes o voluntarios hasta que la Convención entre en vigor. Así fue que en la Reunión de Reñaca, en Mayo del 2007, se obtuvieron medidas interinas para la regulación de la pesquerías de fondo y las pesquerías pelágicas (de superficie) en aguas internacionales, dentro de lo que se destaca el límite voluntario al esfuerzo pesquero (buques, captura o capacidad de pesca) en ambas formas de pesca, y se estandarizó la recolección, reporte, verificación e intercambio de información.

Dos años después, en Auckland, Nueva Zelanda, las partes adoptaron la prohibición de usar redes de enmalle de aguas profundas hasta no contar con medidas de manejo por parte de la convención y se aprobó el texto de la Convención sobre la Conservación y Ordenación de los Recursos de alta mar del Océano Pacífico Sur.

Después de la adopción del texto de la Convención, las partes decidieron tomar las necesarias rondas de negociación para preparar su entrada en vigencia. Así se reunieron otras tres veces más, donde la primera sesión tuvo lugar en Auckland, Nueva Zelanda entre 19 al 23 julio de 2010, la segunda en Cali, Colombia entre el 24 al 28 de Enero de 2011y finalmente en Santiago de Chile entre el 30 enero y el 3 febrero de 2012.

En Santiago, se acordaron nuevas medidas interinas para las especies pelágicas, las que revisaron las adoptadas en Cali, el año 2011 y las adoptadas en Reñaca el 2007, para evitar que el jurel, principal especie transzonal, colapse definitivamente.

De estas medidas destaca la limitación del esfuerzo pesquero a lo registrado los años 2007 o 2008 o 2009 en el área de la Convención.

En la sección sobre Gestión de Captura, se acordó limitarlas al 40% de lo ocurrido el año 2010, principalmente haciéndose cargo de la crisis que el Jurel actualmente enfrenta y permitir esfuerzos aún modestos para la recuperación de la especie.

En la Sección de Recolección de Información y Datos, los participantes se comprometieron a informar de forma mensual las capturas usando el Estándar de Datos adoptado en dicha reunión. Todos los participantes deben asegurar un mínimo de cobertura de un 10% de Observadores Científicos en los viajes realizados por las naves que enarbolan su bandera. Y todos los países costeros deben asegurar compatibilidad en las medidas de conservación y manejo que adopten en sus aguas nacionales con las medidas acordadas por las partes en la ORP.

Y finalmente, las partes presentes en la tercera reunión preparatoria mandataron al Grupo de Trabajo Científico a desarrollar y actualizar la evaluación de la población del Jurel del año 2011, a raíz de las recomendaciones hechas en los informes del grupo de octubre del 2010 y septiembre de 2011.

Durante estos seis años de negociaciones diplomáticas y trabajo técnico, se han sentado las bases para la regulación definitiva de las especies pesqueras en el Pacífico Sur, y es por eso que todo este esfuerzo debe ser ratificado por la aprobación de la Convención por Chile.

Ha llegado el fin de la diplomacia y las medidas interinas no vinculantes, para dar paso a medidas vinculantes que ayuden a recuperar lo poco que queda del Jurel y a impedir que pase lo mismo con otras especies.

Chile puede y debe dar ese paso.

Tú puedes hacer algo. Actúa ahora y envía un correo a los Senadores chilenos, para que ratifiquen la creación de la ORP.

¡Hazte socio de Greenpeace hoy mismo!