A 27 años del atentado a Greenpeace: Nadie puede hundir un Arco Iris

1 comentario
Noticia - 10 julio, 2012
Interacional, 10 de julio de 2012. En el día de hoy Greenpeace recuerda un momento crucial en su historia dado que se cumplen 27 años del hundimiento del primer Rainbow Warrior.

Foto: El Rainbow Warrior hundido en 1985

El "Guerrero del Arco Iris" había sido un barco pesquero adquirido por Greenpeace en 1978 y estuvo involucrado en grandes campañas de la organización, principalmente en aquellas contra la caza de focas.

Pero en 1985, cuando el barco, bajo las órdenes del capitán Peter Willcox, se preparaba para partir hacia Mururoa (Francia), lugar en donde se realizaban ensayos nucleares, los servicios secretos franceses colocaron dos bombas en el casco y lo hundieron. El fotógrafo portugués Fernando Pereira murió en el atentado.  

Compartimos con ustedes el relato de Bunny McDiarmid, una de las tripulantes del primer Guerrero, testigo del bombardeo:  

"Hoy es el 27 aniversario del hundimiento del Rainbow Warrior, cuando en 1985 sufrió el estallido de una bomba por agentes del servicio secreto francés en el puerto de Auckland, Nueva Zelanda. Ya ha pasado mucho tiempo, pero cada año, en este momento, recuerdo en detalle y claro como el cristal toda esa jornada. Y recuerdo a Fernando. Recuerdo todo lo que le pasó a Nueva Zelanda a Greenpeace y la importancia de lo que sucedió entonces. Y cómo sigue siendo crucial hoy en día.  

Yo me encontraba abordo del Guerrero mientras navegábamos hacia Auckland el 07 de julio. Era un día frío de invierno, pero fuimos recibidos por un montón de barcos y botes. Muchos ellos pertenecían al Escuadrón de la Paz, un grupo de personas que protestaban cada vez un buque nuclear navegaba en las aguas de Nueva Zelanda.

Esta vez daban la bienvenida a uno de los suyos. Me acuerdo muy bien cuando navegamos por la costa durante muchas horas oscuras antes del amanecer. Hice guardia desde la medianoche hasta las 4 de la madrugada y podía oler Nueva Zelanda antes de verla. Volvía a casa después de estar lejos siete años y también volvía a mi hogar como parte de Greenpeace que era una organizción muchísimo más pequeña que ahora, pero con la misma determinación y fuerza que nos sigue caracterizando desupués de tantos años

 

Foto: Bunny McDiarmid a bordo del Rainbow Warrior

Algo de lo que sucedió en el 1985 al Rainbow Warrior ha hecho de nuestra organización lo que es hoy...y no estoy hablando de las donaciones que recibimos por parte de muchas personas para poder recuperarnos.

El Rainbow Warrior estaba desarrollando una campaña anti-nuclear en una región en la cual, algunos años antes, había asistido a los 360 miembros de la comunidad Rongelap a trasladarse lejos de su isla de origen (las Islas Marshall en el Pacífico Norte) para escapar de la contaminación provocada por ensayos nucleares de EE.UU.

Con el Guerrero habíamos visitado Kiribati y Vanuatu - dos países que estaban luchando para evitar que Japón virtiera sus residuos radiactivos en la Fosa Mariana, una parte muy profunda del océano Pacífico Norte. Eso era lo que los países con centrales nucleares solían hacer en aquel entonces con sus residuos nucleares, los depositaban en 40 galones de concreto, los llevaban hacia el mar y listo. Problema resuelto, fuera de la vista.

Foto: Greenpeace y la evacuación de los habitantes de Rongelap

Paramos en Nueva Zelanda durante dos semanas para reabastecimiento y luego teníamos planeado ir hacia el este de Mururoa en la Polinesia Francesa, donde los franceses estaban haciendo sus ensayos nucleares. Nuestro plan era detener las pruebas, junto con una flotilla de barcos de Nueva Zelanda.

El camino rumbo a Muroroa no era tarea fácil dado que nos encontrábamos en pleno invierno y debíamos luchar contra los vientos dominantes. Se trataba de un mes de navegación incómoda para muchos barcos que acaba de llegar allí. Muchas personas se habían pedido días en el trabajo, habían dejado a sus familias y planificaban estar ausente por varios meses. Pero esa era la fuerza de los sentimientos sobre la amenaza nuclear en Nueva Zelanda y en toda la región.

Con el tiempo, daría lugar a una zona sin peligro nuclear en el Pacífico Sur y en Nueva Zelanda. Y lo que pasó con el Rainbow Warrior en esa fría noche hace 27 años jugó un papel muy importante en conseguir que lleguemos a ese objetivo.  

El Gobierno francés había autorizado a un equipo del servicio secreto que vino en barco y en avión con los explosivos con la clara intención de que el Rainbow Warrior nunca saliera de Nueva Zelanda. En medio de la noche unos buzos pusieron dos bombas bajo el agua a un costado de la nave y sin previo aviso y mientras la tripuación dormía. Las bombas explotaron y hundieron el barco en cuatro minutos, asesinando a Fernando Pereira, nuestro fotógrafo.  

Foto: Fernando Pereira

 Es una historia importante- de cómo dos de los espías franceses, curiosamente incompetentes, fueron capturados rápidamente y se expuso el plan del Gobierno francés. Cómo en muy poco tiempo la policía de Nueva Zelanda logró detener a dos agentes del servicio secreto francés y volver a colocar al Guerrero caído a su lugar en medio de un puerto conmocionado. Todo Nueva Zelanda se indignó y la noticia afectó al mundo entero.

El atentado ocupó las primeras páginas de los diarios, fue noticia en muchos medios y boletines durante meses. El acontecimiento se llevó nuestras vidas pero también nos enseñó algunas lecciones valiosas. Fue un golpe terrible para todos nosotros, para los que estábamos a bordo y para todos los que formaban parte de Greenpeace.

Nuestra oficina francesa también se vio obligada a cerrar debido a las amenazas de violencia contra ella, pero la mayor pérdida fue Fernando. Un barco puede ser sustituido, aunque el Rainbow Warrior había llegado a ser mucho más que un casco y unas cubiertas de madera.

Fue un golpe terrible para Nueva Zelanda, darse cuenta de cómo un aliado, un país amigo, podía llegar a hacer tal cosa. Y no se trató sólo de un golpe a Greenpeace, afectó a toda la nación de Nueva Zelanda también.

En los días y semanas que siguieron al atentado, la oficina local se llenó con donaciones de la gente, no sólo de dinero, sino bolsas de dormir, ropa, alimentos, albergues para la tripulación, lo que fuera necesario. La compañía Newman, a la cual los agentes le habían alquilado la camioneta en la que viajaron para colocar las bombas (y en la cual fueron, finalmente, atrapados) ofreció a Greenpeace el uso de dos coches de alquiler durante muchos meses.

Estaba claro que si el Gobierno francés pensaba que la violencia era la forma de silenciarnos entonces no entendía las razones del éxito de Greenpeace.  

Después del bombardeo, descubrimos que algunos meses antes, uno de los espías franceses había estado trabajando en nuestra oficina de Auckland como voluntario y que había conseguido información sobre la llegada del Rainbow Warrior y había podido transmitirla. Hubiera sido fácil para Greenpeace convertirse en una organización cerrada y paranoica que no aceptara voluntarios y temerosa de la transparencia. Pero no lo hizo. Y no perdimos de vista nuestro compromiso con la no-violencia y por eso, la misión francesa, de hecho, sólo sirvió para hacernos más fuertes.  

En última instancia, nos hizo tener cada vez más compromiso con la no violencia como una fuerza poderosa para el cambio positivo. Volvió a confirmar la maldad de los ensayos nucleares y las armas nucleares como medios para la seguridad mundial.

  Nos llevó décadas de persistencia tenaz poder poner fin a los ensayos nucleares y requirió la ayuda de muchos países y organizaciones que trabajamos en unidad.

Aprendimos una lección muy importante que hoy nos sirve para poder combatir contra los gigantes del petróleo internacional que están a punto de arriesgarlo todo para perforar en busca de petróleo en el Ártico y en las profundas aguas de Nueva Zelanda. Recordar y contar nuestra historia es importante, no sólo porque nos hace llorar y reír, sino también porque nos ayuda a recordar y nos inspira para seguir adelante.

 

Categorías

(No registrado) dice:

necesito hacer algo pronto estoy cansado de la indiferencia en lo que les pueda colaborar de una soy de bogota a la orden.

Publicado 15 julio, 2012 en 18:34 Reportar abusos Reply

Publicar un comentario 

Complete the fields below to leave a comment without registering
Atención: Los campos obligatorios están marcados con un asterisco (*).

info

Correo electrónico