Carta de Greenpeace por la diplomacia internacional para alcanzar la paz y el desarme nuclear

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Noticia - 13 abril, 2012
Londres, 13 de abril - Carta abierta del Director Ejecutivo de Greenpeace Internacional. Kumi Naidoo, al Presidente de Irán Mahmoud Ahmadinejad y al Primer Ministro de Israel Benjamin Netanyahu.

La diplomacia discreta puede ser la única vía de salida para la crisis entre Irán e Israel a propósito del programa nuclear iraní, y la única forma de romper la hipocresía que domina la política internacional en las cuestiones relativas al control de armamento nuclear, quiénes lo tienen, y quiénes son acusados de desarrollarlo.

De otra manera, el encuentro que se desarrollará este fin de semana sobre el programa nuclear de Irán está destinado a ser otra oportunidad perdida, otro esfuerzo inútil.

¿Quiénes se reunirán en Estambul este sábado?  Irán, y el grupo llamado “P5+1”, es decir, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (y únicos estados con armas nucleares “legítimas” de acuerdo al Tratado de no Proliferación, TNP: Estados Unidos, China, Rusia, Francia y el Reino Unido), más Alemania.

La historia colectiva de este grupo de países en relación con Irán e Israel está marcada por la complejidad, los problemas y, en lo que se refiere a las armas nucleares, la más absoluta hipocresía. No hay una solución sencilla para salir de esta situación. Se necesita una diplomacia discreta -actos de sutileza, quizás- en la que ambas partes se propongan un desafío por delante y en la todos cedan algo para obtener la paz.

Sólo cuatro países están fuera del NPT. Israel, India y Pakistan nunca lo firmaron, y Corea del Norte se ha retirado.

Al Primer Ministro Benjamin Netanyahu queremos decirle que, uniéndose al NPT puede hacer que Israel corra el velo de su política de “ambiguedad”, dejando sus avances al cuidado de la seguridad internacional, y comenzar a desmantelar su arsenal nuclear. De esta manera Israel puede ayudar a terminar con la hipocresía, y construir confianza. Israel no necesita armas nucleares; ellas no brindan seguridad, sino una influencia desestabilizadora en toda la región de Oriente Medio.

Y al Presidente Mahmud Ahmadinejad le dejamos otro mensaje: Irán podría igualmente prestarse a desmantelar por entero su programa nuclear en favor de sistemas de energía inteligente, de un uso eficiente de la energía y de fuentes  renovables. Esto no es retórica barata. Podría suceder y beneficiar al pueblo iraní.

En 2007, el barco de Greenpeace, Rainbow Warrior, se embarcó en un viaje para liberar al Oriente Medio de las armas nucleares, para hacer frente a la amenaza nuclear en la región y al riesgo de otra guerra de “armas de destrucción masiva.

Greenpeace también ha elaborado estudios que demuestran que la combinación de sistemas de energía descentralizados, uso de energía renovable y eficiencia energética permitrían a Iran reducir su dependencia de combustibles fósiles, acabar con su programa nuclear y alcanzar el desarrollo que el pueblo necesita.

Al mismo tiempo, activistas de Greenpeace se han manifestado ante el Parlamento de Israel (Knesset), afirmando: “El desarrollo nuclear y las armas nucleares en cualquier país provocan la proliferación y socavan la seguridad de la región”.

¿Y qué sucede con el P5? Los “dedos acusadores” que señalan a Irán requieren cierto escrutinio. Ellos son miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Ellos son la prueba de que las armas nucleares brindan un lugar asegurado en la mesa de discusión sobre seguridad global y también poder político. ¿Por qué otro motivo conservarían Francia e Inglaterra sus lugares? ¿Con qué derecho esas dos naciones pueden entrar en la discusión sobre la legalidad de los “ataques preventivos” sobre otro país?

Ambos han compartido cuatro décadas de mala fe. Bajo el NPT ellos han prometido el desarme y volver a firmar otros tratados renunciando a las armas nucleares. El P5 se comprometió a negociar sobre sus arsenales nucleares en desuso. ¡No lo han hecho! En cambio, continuaron invirtiendo; modernizando su armamento y desarrollando mecanismos; boicoteando todos los esfuerzos globales contra la proliferación nuclear.

Antes de acusar a Irán de falsedad, las naciones que tienen armas nucleares necesitan parar y reflexionar. En realidad, el gran acuerdo del pacto “átomos por la paz” como el corazón de la NPT fue siempre una peligrosa mentira. Un engaño diplomático que prometía controlar las armas nucleares a cambio de apoyo al desarrollo de esa misma energía, una fuente de poder abundante que se suponía limpia, segura y viable (aunque se haya convertido en sucia, peligrosa y cara). El pacto al que Irán suscribió, pero Israel no.

Las armas nucleares son la otra cara de la tecnología nuclear: no hay una sin la otra. Ningún acuerdo, tratado o inspección terminarán con el riesgo y la tentación para un estado nuclear de convertirse en un estado que detente armas nucleares. Puede ser más complicado, pero no imposible. Como el riesgo de una crisis se encuentra en cada sitio con un reactor, el riesgo de la proliferación nuclear está latente en cada programa nuclear y la tentación de equipararse a otros en posesión de armamento está siempre presente.

El mundo no necesita poder nuclear. Los posibles escenarios de [R]evolución Energética de Greenpeace -desarrollados durante varios años junto a reconocidos científicos e ingenieros- muestran que podemos evitar el catastrófico cambio climático, evadir la energía nuclear y lograr un sistema de energía limpio basado en un uso inteligente (eficiente) y renovable de las fuentes de energía.

Dado que se ha cumplido el primer aniversario del episodio nuclear de Fukushima, es aún más significativo señalar que esta crisis fue causada por el hombre, y basada en las fallas y riesgos del poder nuclear civil. El terremoto y el tsunami pueden haber sido de origen natural pero el espíritu de “ganancias antes que seguridad” que impera en toda actividad industrial ha dejado al pueblo de Japón -y al mundo- en una situación de amplia vulnerabilidad frente a este tipo de crisis. A pesar de la pretendida “fiabilidad” de estos sistemas, se ha reducido a una sola la cantidad de plantas autorizadas para operar en el país.

Es difícil ver cómo cualquier plan para bombardear Irán no provocará otra cosa que prolongar el problema y encender la mecha de un nuevo conflicto en Oriente Medio. Como se dijo en The Economist, "bombardear Irán no eliminará el riesgo nuclear".

En verdad, sólo un discurso  ajeno a cualquier tecnología nuclear ayudará a construir una confianza duradera entre quienes deben construir, además, la paz. En Estambul, los gobiernos deberán atreverse a romper el círculo de la hipocrecía, acusaciones y contra-acusaciones y dar los pasos correctos hacia la paz.

Si estamos realmente preocupados por la seguridad humana, por la paz de nuestros hijos y nietos, deberíamos concentrar todos nuestros esfuerzos en movernos hacia las energías verdes, limpias y renovables. Debemos reconocer que nuestra búsqueda de energía nuclear, la amenaza permanente de la proliferación y nuestra dependencia de los combustibels fósiles han sido los principales motivos del conflicto, de la guerra y de la fallida política exterior.

Al Primer Ministro Benjamin Netanyahu y al Presidente Mahmoud Ahmadinejad: aquellos a quienes les pedimos prestado este mundo, aquellos a quienes mantenemos cautivos de los daños colaterales a causa de tontas guerras y sanciones -nuestros hijos- merecen un futuro limpio, verde y libre de amenazas de accidentes y guerras nucleares.


Kumi Naidoo, Director Ejecutivo de Greenpeace Internacional

Nota publicada el 11 de abril de 2012 por Inter Press Service.


Publicada el 11 de abril de 2012 por Inter Press Service aquí http://www.ipsnews.net/news.asp?idnews=107418

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