Huelga agraria en Colombia

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Noticia - 28 agosto, 2013
Greenpeace manifestó su profunda preocupación por la falta de resolución del conflicto agrario que llevó a los campesinos a realizar una huelga durante más de ocho días; y que ya se ha cobrado al menos cinco víctimas fatales.

La organización ecologista reclama al gobierno del presidente Juan Manuel Santos que reciba a los campesinos en huelga y escuche los reclamos de un sector vital para el desarrollo local.

 Por otro lado, desde Greenpeace cuestionaron duramente los paquetes de leyes que se están debatiendo en la región que buscan ampliar el alcance de la propiedad intelectual de las semillas, lo que impactará necesariamente en la agricultura, la biodiversidad local y la soberanía alimentaria. Ya en 2010, el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), había aprobado la Resolución 970, que regula y controla la producción, uso y comercialización de todas las semillas en el país.

 “Es alarmante el avance de las compañías multinacionales sobre la agricultura, buscando, una vez más, legislaciones nacionales que se adapten a sus negocios. Vienen avanzando en Colombia y Perú, pero también en Chile y Argentina”, señaló la entidad ecologista.

 “La industria agraria basada en el uso intensivo de químicos y organismos genéticamente modificados no conseguirá la seguridad y la soberanía alimentarias. Por el contrario, profundizará la dependencia económica de otros países y empresas multinacionales”.

 Para Greenpeace el futuro de la agricultura y la ganadería requiere una producción moderna que se relacione con la naturaleza y la gente. Para ser social y ambientalmente sostenible se debe prohibir la utilización de agroquímicos y de organismos genéticamente modificados (OGM), también conocidos como transgénicos.

 “Los OGM vienen acompañados por paquetes tecnológicos y legales que esclavizan a los productores agropecuarios e impactan sobre la biodiversidad”, agregaron.

 Con la promesa de obtener un mejor rendimiento, las compañías ofrecen semillas genéticamente modificadas preparadas para tolerar agroquímicos que matan todo organismo vivo que no haya sido modificado para tolerarlo. Esto conlleva graves problemas de contaminación para el suelo y las comunidades locales. Luego, las empresas o los gobiernos de donde estas provienen presionan para patentar sus semillas y lograr leyes que le permitan demandar judicialmente a cualquier productor que use dicha tecnología sin permiso. Incluso quienes no han sembrado semillas transgénicas pero sus plantas han sido polinizadas de modo natural por las primeras, son susceptibles de enfrentar juicios millonarios.

 “La industria agroquímica asegura que este tipo de alimentos salvarán al planeta y alimentarán al mundo, pero lo que en realidad nos dan son promesas vacías, escándalos de contaminación y la apropiación de nuestros alimentos por parte de las corporaciones”, advirtió Greenpeace.

 Según la Defensoría del Pueblo, en 2011 el 40,8% de la población colombiana se encontraba en condiciones de inseguridad alimentaria (1). El ingreso de los transgénicos y estas nuevas normativas no asegurará la mejora de estos indicadores.  

 Greenpeace promueve un modelo agrícola ecológico que priorice los recursos y el conocimiento de los agricultores orgánicos, que proteja a los alimentos y a los productores agrícolas de las corporaciones y, al mismo tiempo, reclama el derecho de los consumidores a saber si sus alimentos fueron modificados genéticamente.

(1)   http://www.defensoria.org.co/red/aneopaxos/publicaciones/politicasPubAlimentarias.pdf

Imágen: http://www.telesurtv.net

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