Este Sábado, botes Zodiac de Greenpeace procedentes del barco Arctic Sunrise se aproximaron al buque de perforación petrolera Rowan Renaissance, para protestar de forma pacífica contra un peligroso proyecto de perforación de la multinacional Repsol frente a las aguas de Fuerteventura y Lanzarote.
Cuando los botes se aproximaban al buque fueron interceptadas violentamente por tres lanchas de la Armada Española, que custodiaban desde ayer al Rowan Renaissance. Las embarcaciones embistieron en varias ocasiones contra los ambientalistas y produjeron la caída al mar de una activista italiana de 23 años, que sufrió una fractura y varios cortes. Posteriormente, la joven fue trasladada a un hospital y se encuentra fuera de peligro. Otro activista también resultó herido y las embarcaciones de la organización quedaron inutilizadas por los daños sufridos.
El barco de Greenpeace Arctic Sunrise continúa frente al buque de Repsol, fuera de la zona de exclusión decretada por las autoridades, donde permanecerá momentáneamente para evaluar los daños sufridos y esperar la llegada de más barcos procedentes de las islas, que se sumarán a la protesta pacífica. Esta es la primer acción contra las perforaciones petroleras que realiza la emblemática embarcación, luego de ser retenida por más de 10 meses por las autoridades rusas tras participar de una protesta contra la exploración petrolera en el Ártico en Septiembre de 2013.
Durante la madrugada del sábado, la marina española comunicó al barco de Greenpeace que debía abandonar la zona. El capitán del Arctic Sunrise, Joel Stewart, respondió: "Hemos recibido y comprendido su mensaje. Sin embargo, vamos a permanecer en nuestra posición porque nuestro deber es proteger el medio ambiente y tenemos la obligación de hacerlo. Nosotros, y los millones de personas que nos apoyan, no permitiremos estas imprudentes y temerarias exploraciones petroleras. Instamos al Gobierno español a proteger el medio ambiente y a los ciudadanos de las islas Canarias, en vez de resguardar los beneficios privados de Repsol".
El buque perteneciente a la multinacional petrolera ya sufrió problemas en el pasado: en el mes de mayo, en aguas de Namibia, colapsó la boca del pozo debido a problemas en el cementado del inicio de la perforación y a las características geotécnicas del lugar elegido para perforar.
Greenpeace se opone a la extracción de petróleo en la zona y remarca que el proyecto incumple varias directivas europeas, recordándole a las autoridades españolas que el mayor desastre de la historia de la industria petrolera (ocurrido en el Golfo de México en 2010) sucedió durante la misma fase de exploración que quiere comenzar Repsol.
"Un derrame de petróleo en las Islas Canarias sería devastador para el medioambiente y para la economía de este popular centro turístico" declaró Julio Barea, de Greenpeace España.