Noticia - 19 enero, 2011
En el marco de la campaña contra el cambio climático, que surge como consecuencia del uso de los combustibles fósiles que liberan dióxido de carbono a la atmósfera, Greenpeace continúa realizando protestas contra el uso de carbón como fuente de energía.
La semana pasada se realizaron dos acciones, una en Jerusalén y la otra en Grecia, en las que varios activistas se manifestaron para demostrar el rechazo hacia esa opción energética.
En Jerusalén, Greenpeace se posicionó en contra de los planes del gobierno de construir una nueva planta de carbon en Israel.
Cinco activistas se colgaron el domingo pasado de los cables de suspensión del Puente de Calatrava a una altura de 118 metros del suelo, colgando un cartel con la leyenda "Bibi, detené la planta de carbón" dirigiéndose así al Primer Ministro Benjamin Netanyahu. En total, le llevó a los activistas seis horas escalar los cables y montar el cartel de 144 metros cuadrados que pudo ser visto durante 40 minutos.
El objetivo de la acción, declaró Theodora Karchovsky, vocera de Greenpeace en el Mediterráneo, era el de comunicar a las autoridades que quemar carbón "acelera el cambio climático y el calentamiento global".
Por otra parte, otro grupo de activistas de Greenpeace Grecia se manifestó ayer ante las oficinas de la Comisión Europea en Atenas. Durante la acción, se "entregó" una tonelada de carbón afuera del edifición de la Comisión, con la leyenda "Coal Kills" ("el carbón mata") impresa en griego y en inglés en las bolsas de carbón.
El cambio energético es la prioridad en la agenda de la Comisión y, por ello, la acción pidió la liberalización del monopolio de la energía en Grecia, que actualmente está dominado por el Poder Público de Sociedades Anónimas, con un rápido incremento de las energías renovables y disminuyendo el uso del carbón.
