Noticia - 15 octubre, 2009
BOGOTA, Colombia, 15 de octubre de 2009 - La inversión en proyectos subnacionales de protección forestal (de los bosques) que realizan algunas de las principales empresas eléctricas de Estados Unidos para compensar sus emisiones de gases de efecto invernadero no ha derivado en las prometidas reducciones de dichos contaminantes, señala Greenpeace en su nuevo informe La Estafa del Carbono (1).Greenpeace formuló esta advertencia a los países de América Latina, en el marco de su campaña contra el Cambio Climático Global de la que, en Colombia, ya han participado más de diez mil ciudadanos que le solicitaron al presidente Alvaro Uribe, a través del site www.greenpeacecolombia.org, un firme compromiso para exigir a los países desarrollados, en diciembre próximo, metas concretas de reducción de gases de efecto invernadero.El reporte de Greenpeace examina uno de los casos más reconocidos de compensaciones de emisiones de carbono -el Proyecto de Acción Climática Noel Kempff en Bolivia- y resalta los graves riesgos ambientales y económicos inherentes a este tipo de proyectos subnacionales de REDD (reducción de emisiones por deforestación y degradación): la incapacidad de estimar correctamente la reducción de emisiones; la debilidad de los métodos para minimizar y cuantificar el traslado de las causas de la deforestación de un lado a otro (fugas); la dificultad de asegurar que sólo con el proyecto podría haber reducciones (adicionalidad) y la permanencia de las mismas.“Con este tipo de proyectos subnacionales de REDD el clima pierde. Sólo las grandes empresas contaminantes ganan al querer compensar las reducciones de emisiones de CO2 que se niegan a hacer en sus propios países. Invierten en proyectos que son una estafa desde el punto de vista climático y eso les permite seguir contaminado sin límite”, dijo Gustavo Ampugnani, coordinador político para América Latina de Greenpeace Internacional.El problema de la deforestación es clave para los países latinoamericanos y muchos de ellos participan activamente en las negociaciones internacionales sobre el enfoque y los principios que deben guiar la implementación del mecanismo REDD. No obstante, aún no es clara la firmeza de (los) países (de la región) como Colombia, México, Costa Rica o Panamá a la hora de rechazar tajantemente este tipo de proyectos compensatorios subnacionales.“Esperamos que (los países latinoamericanos con importantes zonas boscosas y que buscan apoyos financieros para protegerlos de la deforestación no caigan en la trampa de los proyectos compensatorios subnacionales por los que hoy presionan las grandes empresas eléctricas de Estados Unidos) Colombia, que tiene una postura a favor de los proyectos subnacionales y compensatorios de REDD, modifique su posición ante la evidencia del fracaso de los mismos. Las deficiencias de este tipo de proyectos ponen en evidencia que la inclusión de las compensaciones forestales en los mercados de carbono no constituyen una opción efectiva para REDD”, abundó Ampugnani. El tema de REDD es uno de los pilares más importantes del acuerdo para el clima al que se espera arribar en la próxima Cumbre del Clima de Copenhague. De hecho, existe un acuerdo extendido de que hay que detener la deforestación de los bosques –que hoy contribuye con casi el 20% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero.- para evitar los impactos catastróficos del cambio climático.Para Greenpeace debe crearse un fondo de financiamiento a través del cual asistir a los países en desarrollo en sus esfuerzos para detener la deforestación. Dicho fondo evitaría las fallas de los proyectos compensatorios y subnacionales; le pondrían un fin a la deforestación y estabilizarían el clima. “Los países de América Latina deben apoyar un mecanismo de REDD que contabilice y aborde el tema de las emisiones forestales desde un enfoque nacional”, concluyó Ampugnani. Nota al editor(1) El informe completo disponible en Internet en: http://greenpeacecolombia.org/images/stories/laestafadelcarbono1.pdf
