Comisión Ballenera Internacional

Página - 7 octubre, 2009
La Comisión Ballenera Internacional (CBI) fue creada en 1946 por los países firmantes de la Convención Internacional para la Regulación de la Caza de Ballenas con el propósito de “garantizar la conservación adecuada de las poblaciones de ballenas y, de esta manera, hacer posible el desarrollo ordenado de la industria ballenera”. Su creación fue el resultado de la preocupación de los países balleneros ante el grave declive de las poblaciones de ballenas a escala mundial, amenazadas por la presión de las flotas cazadoras.

En 1982, la CBI votó a favor del establecimiento en 1986 de una moratoria internacional sobre la caza de ballenas. Tras la entrada en vigor de esta moratoria, tres países desafiaron abiertamente la voluntad de la comunidad internacional de proteger a los grandes cetáceos.

En 1987, Japón lanzó su programa de “investigación científica” como respuesta a las presiones para que este país abandonara la caza comercial. En 1993, Noruega sorprendió al mundo al anunciar que reanudaba la caza comercial de ballenas. Y en el año 2003, fue Islandia la que reanudó la actividad anunciando la captura de más de 500 ejemplares, también con fines científicos.

En la reunión de la CBI celebrada en Berlín en 2003, se aprobó la Iniciativa de Berlín. Una iniciativa que se basa en el Fortalecimiento de la Agenda de Conservación de la Comisión Ballenera Internacional. Durante el año 2004, la Comisión empezó el trabajo del Comité de Conservación acordado en Berlín.

Durante este tiempo, los países favorables a la caza de ballenas, liderados por Japón, han hecho todo lo posible para debilitar el trabajo de este comité, orientar su mandato hacia la explotación de las ballenas, o evitar que cuente con los medios y presupuestos adecuados. El trabajo de este Comité es fundamental para tratar de hacer de la CBI un organismo orientado a la conservación de los cetáceos en lugar de su explotación.

En contrapartida, los países conservacionistas, con la ayuda de diversas organizaciones ambientalistas, realizan esfuerzos para salvar a las ballenas de la extinción y han podido establecer ciertos mecanismos. El de más reciente creación es el Santuario Ballenero Austral (SBA), un área marina que circunda la Antártida y en la cual está prohibida la caza comercial de las ballenas.

La resolución de crear el SBA fue aprobada por una mayoría abrumadora, con el único voto disidente de Japón. Los japoneses dejaron constancia de su objeción, y continúan cazando ballenas dentro del Santuario antártico. La justificación para ello es que no se trata de caza comercial, sino científica. Pero la CBI considera que el programa de "caza científica" japonés "no satisface necesidades críticas de investigación para el manejo de la caza ballenera en el Océano Austral", por cual es innecesario y debe detenerse.

En la reunión anual de la CBI en el año 2006, mediante una votación informal y sin ningún sustento científico, las naciones a favor de la matanza de ballenas aprobaron una resolución que culpa a los cetáceos de acabar con las pesquerías y poner en riesgo la salud alimenticia de las poblaciones costeras. Ese mismo año Japón anuncia la ampliación de su cacería en el Santuario Austral, a casi 1000 ballenas.

Para poder revertir la moratoria internacional, las tres cuartas partes de los países miembros de la CBI deben aprobar esta moción. Si Japón continúa con su trabajo político de seducción para que nuevos países se integren a la CBI y voten a favor de la caza de ballenas, la moratoria corre un alto riesgo.

En 2007 se consolidó el Bloque Latinoamericano dentro de la CBI, de clara postura conservacionista. Al año siguiente se inicia un proceso de reforma del organismo, el cual no han tenido grandes avances hasta la fecha.






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