Las plantas carboeléctricas son la mayor fuente de emisiones humanas de CO2. Esto convierte al carbón en la mayor amenaza individual para nuestro clima.

No puedo entender por qué no hay anillos de gente joven bloqueando las excavadoras y evitándoles construir plantas carboeléctricas.”
Premio Nobel de la Paz, Al Gore

Para evitar los peores impactos del cambio climático, incluyendo la sequía extendida, inundaciones y desplazamiento demográfico masivo causado por los niveles crecientes del mar, necesitamos mantener el aumento de temperatura global debajo de 2º C (comparado a los niveles preindustriales). Para hacerlo, las emisiones globales de gas de efecto invernadero deben alcanzar su punto máximo hacia 2015 y desde allí bajar a cero.

Un tercio de todas las emisiones de dióxido de carbono viene de quemar carbón. Es usado para producir casi el 40 por ciento de la energía mundial, y se planean cientos de nuevas plantas de carbón durante los próximos años si la industria consigue su propósito.

Además del cambio de clima, el carbón también causa daño irreparable al ambiente, a la salud de la gente y a las comunidades alrededor del mundo. Mientras la propia industria del carbón no paga por el daño que causa, el mundo sí.

Renunciar al carbón, por soluciones reales.


El mundo tiene bastante energía renovable técnicamente accesible para satisfacer más de seis veces la actual demanda energética. Necesitamos una revolución energética que sustituya con viento, sol, eficiencia energética y otras tecnologías modernas, las fuentes de energía sucias como el carbón.

Lamentablemente, los gobiernos a través del mundo permiten que la industria gaste cientos de miles de millones de dólares para construir cientos de nuevas centrales carboeléctricas por todo el mundo en los años próximos. Si se construyen, se espera que las emisiones de CO2 del carbón se eleven el 60 por ciento hacia 2030. Esto impedirá los acuerdos internacionales para abordar el cambio climático.

Estos gobiernos han sido seducidos en parte por una ilusión del “carbón limpio”, resultado de unas relaciones públicas ofensivas hechas por la industria del carbón, incluyendo varias “trampas tecnológicas” dudosas que ellos declaran, hace a la quema de carbón segura para el clima.

Uno de éstos, Captura y Almacenaje de Carbón (CCS) es un plan para capturar emisiones de carbono de centrales eléctricas y sepultarlas bajo tierra. La tecnología no estará lista durante al menos otros 20 años, demasiado tarde salvar el clima. Aún así, las promesas vagas de CCS son usadas para justificar la construcción de nuevas plantas carboeléctricas. Estas plantas vomitarán cantidades enormes de contaminación por CO2 durante al menos los próximos 20 años y probablemente durante todo su ciclo de vida de 40 años. En resumen, cualquier nueva carboeléctrica contribuirá masivamente a la crisis de clima.

El mundo no necesita más carbón, necesita [R]evolución Energética.


Mientras los líderes mundiales dejan de actuar y tomar las medidas necesarias para detener el carbón, la gente alrededor del mundo está apropiándose de las luchas. Alrededor del mundo los activistas ambientales, estudiantes, doctores, líderes religiosos y muchos más se movilizan contra el carbón.

Desde Greenpeace, hemos estado apoyando movimientos locales contra el carbón alrededor del mundo y tomando medidas para detener el cambio climático.

Activistas bloquean la construcción de una nueva planta carboeléctrica Rotterdam.

Activistas bloquean la construcción de una nueva planta carboeléctrica Rotterdam.


Dile NO al carbón

 
Categorías