La semana pasada, la defensora del medio ambiente y de derechos humanos, Berta Cáceres denunciaba públicamente el asesinato de varios dirigentes indígenas y las amenazas a las que ella misma se veía sometida a diario en Honduras. Hoy amanecimos con la indignante noticia de su asesinato, en un ataque en el que también resultó herido el ambientalista mexicano Gustavo Castro Soto. Es un día muy triste para la humanidad, para el medio ambiente y para la paz.

Berta Cáceres era una líder de la comunidad indígena lenca. Ella los organizó en su lucha contra la represa de Agua Zarca, en el Río Gualcarque, sagrado para las comunidades indígenas y vital para su supervivencia.

Berta fue una luchadora incansable. Su rechazo a la construcción de la represa, donde grandes transnacionales y corporaciones financieras tenían intereses le supuso amenazas a su vida, a la de su familia y a la de su comunidad entera. No obstante, su valentía y coraje también fueron reconocidos el año pasado cuando recibió el Premio Goldman, uno de los máximos reconocimientos por la defensa de medio ambiente.

Pero nunca abandonó su lucha. Consiguió que el mayor constructor mundial de presas se retirara del proyecto. También logró que el Banco Mundial abandonara la iniciativa.

Greenpeace expresa su solidaridad con la familia y compañeros y compañeras de Berta, repudia su cobarde asesinato, y tal y como lo hacía ella, hace un llamado para que haya justicia y que su crimen no quede impune. Asimismo, exigimos protección para Gustavo Castro.

El ejemplo de Berta nos inspira y nos anima a seguir. Muchos defensores del medio ambiente en Latinoamérica y en México se enfrentan a graves amenazas y ataques por parte de gobiernos y de grupos criminales. Sin ir más lejos,  Greenpeace México y el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez están apoyando a Don Ildefonso Zamora, el defensor de los bosques que fue encarcelado en represalia por su lucha contra los taladores ilegales en el Estado de México. Una batalla pacífica por la que el líder indígena tlahuica ya perdió un hijo, asesinado por talamontes en 2007, y por la hoy también ha perdido su libertad.      

En días como hoy resuenan más las palabras que Berta dijo al recibir el citado galardón: ¡Despertemos¡ ¡Despertemos Humanidad¡ Ya no hay tiempo.