La selva de Campeche, baluarte del patrimonio biocultural de México, está siendo destruida por el avance voraz de la agricultura industrial, práctica que impulsa la tala de árboles para “limpiar” terrenos en los que se pueda sembrar, principalmente, soya convencional o transgénica, utilizando agrotóxicos que contaminan el agua.

Al eliminar la cobertura forestal, no solo estamos acabando con una de las últimas selvas mexicanas, también estamos dañando el hábitat de especies protegidas como el jaguar, los cocodrilos y los venados.

Desde hace más de 10 años, las áreas forestales del municipio de Hopelchén, Campeche se han visto afectadas por una grave situación de deforestación. Entre los años 2000 y 2008, se perdieron casi 22,300 hectáreas. Para el 2013, desaparecieron más de 38 mil hectáreas de cobertura forestal en el estado de Campeche (la mayor pérdida en el país).

Las y los apicultores y campesinos mayas de distintas comunidades de Hopelchén, junto con organizaciones comunitarias, de derechos humanos y académicos han podido constatar la dimensión de los daños ambientales que se están generando en la región, en donde los desmontes para favorecer la agricultura industrial no están siendo controlados por las autoridades.

Es por ello que diversas organizaciones civiles de protección a los derechos humanos y al medio ambiente han lanzado una petición en Change.org para pedir a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa); a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y al gobierno de Campeche que tomen las medidas necesarias para proteger la selva mexicana.

La deforestación, en sí misma ya representa un impacto ambiental de proporciones mayúsculas, se ve acompañada de otras prácticas ligadas a la agroindustria, como la utilización de un gran número de agrotóxicos de manera indiscriminada, y la apertura de pozos (tanto de extracción de agua, como de absorción) a pesar de que toda la península de Yucatán es una zona vedada para esta práctica por el riesgo que existe de contaminación de las aguas subterráneas debido a su tipo de suelo.

La afectación ambiental que se vive en el municipio de Hopelchén, y de manera general en el estado de Campeche, representa una grave violación al derecho humano a contar con un medio ambiente sano, derecho protegido por el artículo 4 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, violación que es atribuible al Gobierno Federal que, por una parte han impulsado la política de monocultivos que significa el desmonte de grandes extensiones de selvas, y por otra han omitido cumplir con su deber de proteger los ecosistemas de una de las principales área naturales del país.

Tú puedes ayudarnos a salvar una de las últimas selvas mexicanas, firmando esta petición. 

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