A veces pareciera que negarte a recibir una bolsa de plástico es peor que decirle al vendedor que te la ofrece una mentada (injuria u ofensa dirigida a alguien con insultos contra su madre, por supuesto, según la Real Academia Española).

Basta decir ¡no gracias! si es que tienes la suerte de que te pregunten si quieres bolsa, o anticiparte a decir “Sin bolsa por favor” antes de que te entreguen tu producto, para que te volteen a ver con ojos de incredulidad o hasta de enojo. Algunos hasta osan recordarte que no te la van a cobrar para ver si así la aceptas, y si dices nuevamente “no, gracias”, voltean los ojos hacia arriba como diciendo, “che… loco, si se la estoy regalando”.

Ahhhhh, ¡y no se te ocurra rechazar una bolsa en una de estas tiendas de conveniencia que hay casi en cada esquina,  porque entonces te vigilan con la cámara y a la hora de salir puede que hasta te pidan revisar tu morral (no sea que lleves algo de más en él o en tus manitas).

Y así… por supuestas razones de seguridad, de higiene o practicidad, las bolsas de plástico se han ido convirtiendo en un accesorio obligado en nuestra vida diaria. La pregunta es si realmente hay un razonamiento detrás de su consumo o solo las damos y las recibimos en automático. ¿Quién y desde cuándo nos hicieron creer que no podíamos vivir sin ellas? Peor aún, ¿quién nos hizo creer que no pasa nada si consumimos una tras otra?

La realidad es que sí hay consecuencias: en la vida cotidiana la basura plástica actúa obstruyendo los desagües provocando inundaciones y gastos municipales en su mantenimiento; cuando estas bolsas llegan a los océanos, miles de animales pueden quedar atrapados en ellas o consumirlos y morir. Las bolsas de plástico contaminan, durante su producción y su desecho. Incluso, por fuerte que parezca, las bolsas, también matan (tortugas, aves marinas y otras especies, son las víctimas).

Y aunque de una en una parecieran no solo inofensivas sino hasta de gran utilidad, hagamos una pausa:  ¿Te has imaginado todas las bolsas del plástico del mundo juntas? A nivel global se consumen alrededor de 280 millones de toneladas bolsas al día; 4 mil bolsas por persona anualmente en promedio.

¿Y en México? 650 bolsas por persona al año; el tiempo promedio de uso de una bolsa son 12 minutos ¿Será que 12 minutos de “comodidad” valen por la vida de un ser animal marino?

Llevar tu bolsa de tela no te cuesta nada y puedes aportar mucho. Di no a los plásticos de un solo uso.  Usa tu poder y súmate al movimiento #YoSinPlásticos.