Cada vez es más común ver este símbolo 
en los empaques de los productos que adquirimos a diario, esto quiere decir que los envases son reciclables y que en algún momento deberían ser reingresados al sistema de producción evitando así un gasto innecesario de materias primas y energía, pero no todo lo que lleva ese símbolo será reciclado. Hoy 17 de mayo en el día mundial del reciclaje nos gustaría cuestionar ¿Que tan reciclable es lo reciclable?
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Muchas corporaciones comentan que sus productos son vendidos en envases 100% reciclables, como lo son muchas formas plásticas de polipropileno (PP) o Tereftalato de polietileno (PET), Policloruro de vinilo (PVC), entre otras. Pero para que algo sea reciclable debe haber interés del mercado en reciclarlo y no necesariamente ocurre así, porque no es rediduable. Algunos ejemplos muy buenos son el cartón, las latas de aluminio o las botellas de PET, los cuales se compran a precios de $1.5, $2 y $2 pesos el kilo respectivamente.
Entonces, no es suficiente con colocar un símbolo porque no es real la reducción en materias primas y energías, y más bien se contribuye al problema de la basura porque los residuos terminarán en un atiborrado relleno sanitario o en las ideas de algunos legisladores que pretenden quemarlo, pensando que así mágicamente desaparecerá.
Cuando el residuo se convierte en basura se transforma en un problema, el cual se genera desde el origen de aquellos productos que NO son pensados para ser reciclados y contribuyen a un modelo insostenible que debe cambiar con urgencia, en una palabra REDUCIR.
En el caso del plástico menos del 10% ha sido reciclado desde su masificación en 1950 e incluso el PET, uno de los materiales más valorados en el mercado del reciclaje, apenas alcanza el 57% de reciclabilidad. El reciclado solo es efectivo cuando desde su origen es pensada la forma en la que regresará al sistema productivo, de lo contrario las flechas verdes del símbolo que llevan impreso son una mentira.
Para asegurar su reciclabilidad, ésta debe ser una responsabilidad de las empresas que lo emiten, y no debiera entenderse como un azar del libre mercado que en el algún momento hipotético le dará valor. Las empresas tienen esa responsabilidad y debería existir una ley que así lo determine en México, después de todo si algo no será reciclable en la realidad, entonces que no se produzca.