Yanina León es rescatista y especialista en atención pre hospitalaria. Ella participó en los trabajos de rescate del sismo que sacudió la Ciudad de México el 19 de septiembre de 2017. Conoce su historia.

yanina leon

“Soy paramédico y rescatista. Para que yo siguiera esta línea tuve que cambiar la forma de pensar desde casa y luchar para que no te arrastre la corriente;

al principio, tanto madre y padre me decían que cómo yo iba a hacer eso…

no saben de lo que eres capaz hasta que te empoderas de ti misma”

Yanina León

 

El 19 de septiembre, el día del sismo de 7.1 grados que se suscitó a las 13:14 horas, yo estaba de descanso pero me dirigí a mi actual trabajo -en el Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas de la Ciudad de México, dependiente de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP)- porque sabía que era el momento de ayudar, de actuar, de poner en práctica todo lo aprendido, toda mi experiencia y enfocar tanto conocimiento hacia las personas que lo necesitaban.

Trabajamos incansablemente durante 16 días hasta que se recuperó a la última persona sin vida del edificio de Álvaro Obregón 286. Durante ese tiempo me enfrenté a comentarios de personas que desconocen nuestra capacitación y que por el hecho de ser mujer decían: “tú no puedes, la herramienta está muy pesada”; “no entres tú, mejor él que es hombre”; ¿a poco sabes usar eso? mejor ayúdame tú, ella no va a poder”; “cómo se llama este nudo o esta herramienta, a ver si sabes...” Yo claro que contestaba y les decía que sí podía, pero no había mejor respuesta que demostrarlo.

No solo podía hacerlo, podía hacerlo tal vez mejor. Soy una mujer pequeña y eso me permitía entrar a espacios donde mis compañeros no cabían; soy de las pocas personas que contamos con entrenamiento específico de búsqueda y rescate en estructuras colapsadas. Las mujeres debemos y podemos dejar atrás los no puedo porque ser mujer muchas veces es una ventaja, aunque no sea fácil.

yanina leon

 

 

Soy Yanina León y hace poco más de 11 años, en el año 2006 entré al curso de Técnico en Urgencias Médicas de la Cruz Roja Mexicana en la Ciudad de México, y en este ámbito, en la atención pre hospitalaria las mujeres desempeñamos un papel importante pero difícil a la vez y ha costado llegar a ello; años atrás no era común ver a una mujer arriba de una ambulancia, era bajo ciertas reglas, mucho menos manejar vehículos de emergencias; pero ahora las cosas han cambiado y al menos por ambulancia he visto una mujer, porque no debe faltar ese toque femenino, el tacto y la forma como atiende una mujer les puede ayudar a muchos, al atender a niños, bebés, mujeres embarazadas o simplemente al tratar con mujeres que han sido violentadas psicológica, física o sexualmente tienen más confianza en ella; pero esa no es la razón principal.

En mis primeros pasos por este medio, en el año 2007 incursioné en la sección de Rescate de Alta Montaña, donde habían mujeres que se habían ganado el respeto después de demostrar de lo que son capaces y ahora me tocaba a mí; se debía tener la condición necesaria para caminar largas horas en altura, tener las destrezas para realizar bien las prácticas de rescate, de nudos, de camillas, de rapel, orientación y muchas cosas más. Como mujer es bien cierto que no se cuenta con mucha fuerza, pero más vale maña que fuerza, hubo quien por supuesto no creía en que lo pudiera hacer o hacer bien, pero todo cambio de pensamiento, de lo arcaico a lo contemporáneo para eliminar la discriminación por cuestiones de género es de trabajarse, no es de la noche a la mañana y se debe tener en la mente el objetivo si es lo que realmente queremos, nos gusta y nos apasiona, como a mí, y éste era sólo el comienzo.

Importante de mencionar es que para que yo siguiera esta línea tuve que cambiar la forma de pensar desde casa y luchar para que no te arrastre la corriente, al principio, tanto madre como  padre me decían que cómo yo iba a hacer eso, que si iban a ir más mujeres al curso, a acampar o a un rescate, no saben de lo que eres capaz hasta que te empoderas de ti misma, es decir, tú, mujer eres la que debe tomar la decisión y determinación para realizar alguna actividad, aun así te digan que no se puede, que va a ser difícil o si ésta es catalogada mayormente para hombres o riesgosa.

Durante los siguientes años me embaracé, mi hijo ahora tiene 6 años y nunca fue un impedimento para que terminara la licenciatura, especialidad, me capacitara en los siguientes niveles de técnico en urgencias médicas, en rescate vehicular, rescate vertical y en estructuras colapsadas. Durante todo este tiempo no he dejado de trabajar porque lucho por ser mejor cada día y ser un ejemplo, nunca he buscado ser líder pero sí poner mi granito de arena en cada servicio, en cada lugar por un México mejor y crear esa igualdad de género entre mujeres y hombres porque realmente todos somos importantes.

Con el paso del tiempo las mujeres demostramos, no solo decimos que podemos. Y debemos seguir luchando para lograr el empoderamiento de más mujeres para obtener la inclusión a las labores cotidianas y nunca perder nuestros sueños.

Sin duda me tocó una época donde aún hay desigualdad de género entre hombres y mujeres, pero ha disminuido en gran proporción, ya se puede ver a mujeres incursionando en trabajos donde antes no las había, todo ello gracias a mujeres valientes, con determinación que dieron el gran paso para nuestra llegada.