Galciar

No hay una palabra mejor que describa lo que acabo de ver: “Grandeza”.

Todavía estoy impactada por lo que vi, estuvimos casi dos horas en un bote contemplando el glaciar Nordenskjöld, pero yo lo bauticé como el ‘glaciar grandeza’, así debería llamarse, es espectacular e imponente.  

Los glaciares son acumulaciones de hielo que tardaron miles de años en formarse, han estado allí contemplando a distintas especies; inmensos, majestuosos, silenciosos y hoy se encuentran amenazados por el calentamiento global y por el incremento en la temperatura media del planeta.

Hace unos meses cuando lanzamos la campaña, el Ártico me parecía un lugar lejano, árido, conocía la nieve y los glaciares sólo en fotos y videos. Su belleza me maravillaba pero no se compara con lo que he podido conocer, sentir y oler en estos días. Dicen que las cosas llegan a ti para algo, puedes dejarlas pasar, cerrar los ojos, hacerte disimulado, mirar hacia otro lado; o bien, puedes hacer algo con lo que te sucede, algo bueno, algo que sirva a los demás y a ti mismo. Yo espero que esto que he escrito sirva para que las personas que siguieron el blog, hayan conocido un poco de este lugar lejano, amenazado y remoto que es el Ártico; su hielo y sus glaciares, y que lo escrito haya logrado cambiar algo en sus actitudes, lo que sea, por mínimo que parezca, para hacer que este mundo sea mejor.   

Termino este blog desde mi lugar favorito en el Arctic Sunrise: el puente de mando, escribo mientras acompaño a Ignacio durante su guardia que termina a las doce de la noche. Los dos estamos en silencio, agradeciendo nuestra mutua compañía. 

*Foto: Martin Norman