Las causas

El cambio climático que hoy enfrentamos está vinculado a la quema de combustibles fósiles, especialmente carbón, gas y petróleo, y a la deforestación, es decir, a la pérdida de cobertura forestal. Ambos fenómenos tienen como consecuencia la excesiva emisión a la atmósfera de gases de efecto invernadero (GEI), mismos que están incrementando la temperatura del planeta.

Los expertos estiman que un aumento en la temperatura global de 1.5º C provocaría impactos irreversibles; uno de 2 grados desataría efectos catastróficos. Las emisiones de GEI de la era industrial han sido mayores respecto a las que se habían dado durante los pasados 10 mil años. Estas emisiones agudizan el efecto invernadero.

Este efecto evita que parte del calor del sol recibido por la Tierra deje la atmósfera y vuelva al espacio, produciendo un efecto similar al observado en un invernadero, el cual permite que el planeta tenga una temperatura aceptable para el desarrollo de la vida tal y como la conocemos.

De manera natural, el efecto invernadero es necesario para la proliferación de la vida, pero debido a las actividades industriales, la deforestación y la quema de combustibles fósiles, las concentraciones de GEI se han disparado, trayendo consigo el calentamiento global.

De seguir así, en 2100 el planeta se calentará entre 1.8 y 4.0 grados centígrados.  

Otras fuentes emisoras de gases de efecto invernadero son:
Transporte (automotriz, aéreo, ferrocarril, marítimo)
Agricultura (uso de fertilizantes)
Desechos (rellenos sanitarios)
Procesos industriales

Emisiones de GEI en México hasta el 2006:

Generación de energía: 27.3%
Industria del petróleo y gas: 11.7%
Transporte: 20%
Agricultura, bosques y otros usos de suelo: 19%
Desechos: 14%

En total, en México, casi 50% de las emisiones de GEI provienen de la producción de petróleo y gas, generación de energía y transporte.

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