Activistas vestidos de bomberos entregan un traje al presidente Lula Da Silva para exigir que detenga los incendios y destrucción en Amazonia
Activistas de Greenpeace Brasil dejaron en la portería del palacio de gobierno de ese país un traje de bombero para el presidente Luiz Inacio Lula da Silva en una manifestación realziada este miércoles para exigirle acciones enérgicas contra las quemas en la Amazonia brasileña.
Los activistas llegaron al palacio presidencial de Planalto disfrazados de bomberos con una pancarta que decía: "Basta de destrucción de la Amazonia" para entregar el traje a Lula y a la secretaria general de su gobierno, Dilma Rousseff.
"Todos los años durante la época seca crece el índice de quemas en la Amazonia. Queremos que el gobierno tome acciones para frenarlo", explicó Marcio Astrini, coordinador de la campaña de Greenpeace contra la devastación en la selva amazónica.
Los activistas, se trasladaron a hacer entregas similares a los ministros Reinhold Stephanes, de Agricultura, y Alfredo Nascimento, de Transportes. "Escogimos los ministerios cuyas carteras tienen más responsabilidad en la destrucción de la Amazonia", explicó Astrini.
Cada traje llevaba el nombre del destinatario y tenía impreso un mensaje contra la tala en el bosque húmedo.
Greenpeace recorrió la Amazonia en agosto para documentar las quemas ilegales. "Lo que documentamos fueron áreas incendiadas ilegalmente y una intensa explotación criminal de madera, asociada a la impunidad y la completa falta de fiscalización, lo que demuestra la total ineficiencia en frenar la destrucción del bosque", afirmó Astrini.
La protesta se produjo pocos días después de que el gobierno conmemoró una reducción de la tala en la Amazonia en julio, gracias a una intensificación de las acciones para reprimir la tala ilegal e incentivos para el desarrollo sostenible de la zona.
En contexto
Aproximadamente el 70% del total deforestado en el Amazonas está ocupado por pasto. Actualmente, hay más 74 millones de rebaños de ganado en la región, tres veces más grande que la población que vive en el Amazonas legal.
La deforestación tropical es responsable por el 20% del total de emisiones de gases invernadero, más del total emitido por el sector internacional de transporte. Para Brasil, es aún peor: el 75% de las emisiones GHG vienen de la deforestación, sobre todo en el Amazonas, lo cual agrava el cambio climático y amenaza a la biodiversidad y a la gente del bosque.
“La destrucción del Amazonas se repite cada año y parece que nada se ha hecho para evitarla. No es ningún secreto que la temporada de sequía, que va desde julio hasta octubre, esté marcada con incendios forestales, la forma de destrucción más agresiva y devastadora de bosques”, dijo Marcio Astrini, defensor del Amazonas por parte de Greenpeace quien tomó parte en la operación. “Del total de deforestación entre 2006 y 2007, el 90% fue completamente ilegal”.
Con una contingencia total de 600 agentes y una falta histórica de recursos e infraestructura operacional, la Agencia Brasileña del Medio Ambiente (por sus siglas en inglés IBAMA) tiene un potencial deficiente de operación para pelear contra la falta de aplicación de ley en el Amazonas. De 40 mil 760 áreas identificadas por la IBAMA con deforestación en 2006, sólo el 3.4 por ciento fue multado, lo cual es un claro ejemplo de la falta de capacidad de operación de parte de la institución.
Greenpeace está llevando la operación de campo desde hace una semana, documentando la deforestación ilegal y los incendios forestales dentro y en los alrededores de las áreas protegidas cerca de la carretera BR-163, en Pará, y en el Note de Mato Grosso. Durante agosto de 2008, 5 mil 754 incendios forestales fueron registrados en el Amazonas, 341 de éstos fueron dentro de las Unidades de Conservación y 515 en tierras indígenas.
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