Rematan costas a especuladores

Noticia - 28 septiembre, 2008
La Expo Mexicana de Inversión Inmobiliaria y Turística (EMIIT) que inaugurará el presidente Felipe Calderón sólo promueve la destrucción de ecosistemas dejando al medio ambiente en manos de especuladores, denuncia Greenpeace

Hotel Fiesta Americana, espacio opulento edificado sobre dunas costeras.

La Expo Mexicana de Inversión Inmobiliaria y Turística (EMIIT) que inaugurará el presidente Felipe Calderón sólo promueve la destrucción de ecosistemas dejando al medio ambiente en manos de especuladores, denunció la organización ambientalista Greenpeace México.

“La política de 'fomentar' el turismo mediante la venta de terrenos públicos a precios ridículos o por debajo de su valor real favorece exclusivamente a intereses privados, en tanto que impacta gravemente al medio ambiente, ya que además de dejar todo en manos de especuladores, los costos sociales y los impactos ambientales de los desarrollos inmobiliarios y turísticos no están siendo absorbidos por los proyectos”, dijo Alejandro Olivera, coordinador de la campaña de océanos y costas de Greenpeace México.

Según la Auditoría Superior de la Federación (ASF) el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) contravino sus políticas de comercialización dejando de percibir más de 35 mdp al rematar seis terrenos a dos inmobiliarias de origen español, informó Greenpeace.

En su informe, la ASF afirma que “se presume un probable daño o perjuicio al patrimonio de la Hacienda Pública Federal, ya que el Fonatur enajenó seis lotes en el Centro Integralmente Planeado de Litibú, Nayarit, a precio inferior del valor mínimo establecido por su política de comercialización, uno a Servicios Financieros del Yucatán, S.A. de C.V. y cinco a Inmobiliaria Fadesamex, S.A. de C.V., por un total de 450,263,220.20 pesos (cuatrocientos cincuenta millones doscientos sesenta y tres mil doscientos veinte pesos 20/100 M.N.), dejando de percibir 35,359,819.50 pesos (treinta y cinco millones trescientos cincuenta y nueve mil ochocientos diecinueve pesos 50/100 M.N.) en dichas operaciones” (1).

“Las tasas de crecimiento de los centros turísticos nunca son alcanzadas por lo municipios, por lo que este tipo de desarrollos en vez de beneficiar a las comunidades generan fuertes rezagos en infraestructura de servicios básicos municipales, problemas de contaminación y degradación de ecosistemas. Estos costos deben de ser internalizados en los proyectos turísticos y deben ser considerados antes de rematar los terrenos”, continuó Olivera.

La ASF también identificó ventas por debajo del valor de enajenación en Cancún, Quintana Roo; Bahías de Huatulco en Oaxaca y en Ixtapa, Guerrero. Por estas operaciones el Fonatur dejó de percibir 4 mdp de pesos.

Una vez desarrollados, los terrenos, son revendidos a precios estratosféricos dejando ganancias millonarias y creando burbujas de especulación. En un estudio del Instituto Mexicano para la Competitividad (2) sobre el turismo en la región noroeste, se identificó que “los precios especulativos alcanzados por los terrenos en determinadas zonas imponen una presión inmobiliaria demasiado fuerte y no sostenible en el largo plazo. Por lo que se está en presencia de una burbuja inmobiliaria, pero a diferencia de lo que sucedería en otras partes sus consecuencias sociales y medioambientales pueden ser irreversibles. Con un precio menor y más controlado se posibilitaría una menor presión turística lo que redundaría en menor presión ambiental y social. Estamos en una burbuja especulativa estimada en alrededor de un 50 por ciento. Estos precios provocan que las externalidades no puedan ser tenidas en cuenta desde la óptica de la rentabilidad financiera”.

En el 2007 Greenpeace denunció que Fonatur había vendido terrenos a precios de 14 dólares el metro cuadrado en Cancún, Quintana Roo; 8 dólares en San José del Cabo, B.C.S., 185 pesos en Loreto, B.C.S.; 19 pesos en Ixtapa y siete pesos en Vista Pelícanos, Guerrero, este último en el presente sexenio, lo que demuestra que esta grave práctica sigue ocurriendo. Cabe aclarar que el “regalo” de terrenos no sólo se da en el gobierno federal, en La Paz, Baja California Sur, el exgobernador, Leonel Cota Montaño, vendió el predio conocido como el Mogote a 12 pesos el metro cuadrado, cuando ahora el desarrollador Luis Cano lo está revendiendo a 30 mil pesos la misma porción.

Cabe señalar que la mayoría de los proyectos no son fiscalmente rentables para los municipios, lo que provoca que ni siquiera la salud de las finanzas locales se beneficie de estas políticas depredatorias. Lo alarmante es que los municipios ignoran esta situación: se alegran de ver cómo sus suelos se desarrollan (ellos mismos promocionan que ello ocurra) sin entender que cada nuevo proyecto planeado bajo esta lógica es un agujero más en las finanzas municipales, pues lo que se recibe de los proyectos (en impuestos) es muy inferior a lo que le cuesta realmente al municipio para cubrir los servicios básicos municipales (2).

“No pueden hacer las cosas de esa forma. No es posible promover el turismo sustentable con la venta de terrenos sin una visión sustentable. La falta de planeación en la venta de terrenos y construcción de desarrollos inmobiliarios aunado a la mala administración ha provocado una destrucción a toda costa. Greenpeace exige a la Secretaría de Turismo que  redirija la política que rige al sector para acabar con el turismo depredador”, finalizó Olivera.

Notas: 1.- Informe del Resultado de la Revisión y Fiscalización Superior de la Cuenta Pública 2006. Sector Turismo. http://www.asf.gob.mx/ 2.- Región Noroeste. Alternativa competitiva al desarrollo de la región. IMC, A.C.

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