Derrumbe en Chernobyl, recordatorio de los peligros de la energía nuclear

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Noticia - 13 febrero, 2013
Greenpeace manifiesta su preocupación por el derrumbe de una de las paredes y parte del techo del sarcófago de la planta nuclear de Chernobyl en Rusia, registrado este martes y alerta de la existencia de 400 reactores operando en el mundo que pudieran convertirse en un nuevo Chernobyl.

Conmemorando el 25 aniversario del desastre ocurrido en Chernobyl. © Francesco Alesi / Greenpeace

 

De acuerdo con declaraciones de Valery Kalchenko, jefe del sub-comité sobre los efectos de la catástrofe de Chernobyl del parlamento ucraniano "parte del techo de la sala de turbinas entre la unidad 3 y 4 –que están fuera de operación- cayó a causa de las fuertes nevadas. El área afectada por el derrumbe es de 500 o 600 metros cuadrados. Unidades de emergencia y la milicia ya están trabajando en la limpieza de escombro y nieve”, y aseguró que la radiación del fondo se encuentra en niveles “normales”.

Sin embargo, Vladimir Chuprov, coordinador de la campaña Nuclear y Energía de Greenpeace Rusia, dijo que “incluso si la radiación de fondo no ha cambiado, es una señal preocupante”, pues “si las losas comenzaron a derrumbarse en la sala de turbinas, no hay garantías de que el refugio, para evitar la propagación de radiación, construido en 1986 no se derrumbe”.

Añadió que la vida útil del sarcófago que protege los reactores, en donde ocurrió la peor explosión nuclear de la historia, se terminará en breve, razón por la cual se construye ahora un nuevo techo para evitar la propagación de la radiación.

Chuprov añadió que "al mismo tiempo, el mayor problema con el sarcófago es el polvo fino que se está acumulando dentro de la estructura. El polvo es radiactivo y si se extiende por decenas de kilómetros a la redonda habrá un gran problema de contaminación local”.

"A pesar de que han pasado casi 30 años desde la catástrofe de Chernobyl, esta planta nuclear todavía representa un peligro para la vida de las personas y continuará como un problema por los siglos venideros. Y lo que es más preocupante, es que cualquiera de los 400 reactores operados en el mundo puede convertirse en un nuevo Chernobyl. Y como muestra, está el accidente ocurrido en Fukushima en el 2011”, concluyó Chuprov.