Condenable, nuevo fallo de Japón contra defensores de ballenas

Boletín de prensa - 12 julio, 2011
Por segunda ocasión, un tribunal japonés ignora las pruebas de Greenpeace que demuestran el tráfico y malversación de fondos en el programa de caza de cetáceos.

Sendai, Japón.- Greenpeace condenó la sentencia del Tribunal Superior de Sendai que rechazó hoy la apelación de dos activistas de la organización, que fueron condenados por "robo y "apropiación indebida" (1) de una caja de carne de ballena que se usó como evidencia para denunciar el tráfico y malversación de fondos a gran escala en la industria ballenera japonesa.

Junichi Sato, ahora director ejecutivo de Greenpeace Japón, y Toru Suzuki fueron acusados por el Tribunal de Distrito de Aomori en septiembre de 2010 y condenados a un año de prisión, por presentar una caja de carne de ballena, producto del tráfico ilegal de la flota japonesa, como evidencia de tráfico del programa científico de caza de cetáceos en ese país (denuncia presentada en mayo de 2008).

La decisión de la corte de Sendai se produce a pesar de la admisión oficial de infracciones cometidas por la Agencia de Pesca Japón (FAJ, en inglés), que el 22 de diciembre de 2010 pidió disculpas por la mala conducta de cinco de sus funcionarios y dos oficiales que aceptaron en varias ocasiones cajas con carne de ballena como regalo; estos obsequios tenían un costo total de aproximadamente 3 mil dólares, sin embargo para Greenpeace, este caso sólo era la punta del iceberg (2). El anuncio de la FAJ confirmó las acusaciones de Sato y Suzuki, pero no fue considerado como prueba por el juez de Aomori y tampoco por el tribunal de Sendai. Greenpeace presentará una nueva apelación y espera tener una respuesta en 15 días más.

"El tribunal de Sendai no reconoció la evidencia sustancial de malversación de fondos, y no toma en cuenta el derecho a investigar y criticar tales prácticas por parte de la flota ballenera. Se ignoró la admisión irrefutable de la Agencia de Pesca de Japón, y la confesión de sus funcionarios que aceptaron carne de ballena como regalo", dijo Sato, director ejecutivo de Greenpeace Japón.

"Hemos demostrado lo que denunciamos y por ello hoy estamos enfrentándonos a la corrupción. Mientras, los funcionarios que están detrás del verdadero crimen caminan libremente por las calles. Por mucho tiempo los políticos han tenido relaciones muy cercanas con industrias destructivas, ya lo hemos visto con los escándalos de compra de votos en la Comsión Ballenera Internacional (3) y con los planes de respuesta de la empresa TEPCO en la central Fukushima Daiichi (4), ambos casos han tenido un efecto muy negativo sobre el ambiente, la gente y la economía", agregó Sato.

"El gobierno japonés ya no puede ignorar la malversación de fondos en el programa ballenero, ahora debe investigar a fondo el escándalo del tráfico con carne de cetáceos, prohibir la caza y dejar de apoyar este proyecto con subsidios; en vez de ello, ese dinero debe destinarse a la reconstrucción por el desastre del 11 de marzo y para apoyar a las comunidades que realizan pesca sostenible a lo largo de la costa este de este país”, concluyó Sato.

Notas:

1. En enero de 2008, Greenpeace inició una investigación sobre la malversación de fondos destinados al programa científico de caza de ballenas, que es financiado por los contribuyentes japoneses, y del posible tráfico con la carne vendida en el mercado negro. El informante que dio la evidencia a Greenpeace había participado previamente en el programa de caza de ballenas y como resultado de su información, Junichi Sato y Toru Suzuki comenzaron una investigación en la que descubrieron que varias las cajas de cartón que contenían carne de ballena se estaban enviando de manera secreta a las casas de la tripulación de la flota ballenera - y luego eran vendidas para su beneficio personal. Una caja de esta carne de ballena fue interceptada y entregada a la Fiscalía de Tokio en mayo de 2008 por Junichi sato y Toru Suzuki en una conferencia de prensa donde presentaron una denuncia de malversación de fondos. La caja valía 550 dólares según los datos fiscales - mucho menos de lo que los funcionarios de la industria han admitido.
Sin embargo, la investigación de malversación de fondos se abandonó el 20 de junio, y el mismo día se arrestó a los dos activistas, que estuvieron detenidos durante 26 días. Ambos, conocidos como los Dos de Tokio, fueron declarados culpables de robo y allanamiento por el Tribunal de Distrito de Aomori el 6 de septiembre de 2010, y condenados a un año de prisión.
El 22 de diciembre de 2010, la Agencia de Pesca de Japón pidió disculpas por la mala conducta de cinco de sus funcionarios, y que alertó a dos altos funcionarios, por aceptar regalos de carne de ballena de la industria, equivalentes a 3 mil dólares estadounidenses. Esto confirmaba las denuncias de corrupción presentadas por Sato y Suzuki. Pero fueron desestimadas por el tribunal.
El caso de Sato y Suzuki ha generado atención de figuras políticas internacionales como el arzobispo Desmond Tutu, premio Nobel de la paz; grupos internacionales de derechos humanos y expertos legales. Durante una visita a Japón, el año pasado, el Comisionado de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Navanethem (Navi) Pillay, expresó su preocupación por el caso de Junichi y Toru, en particular con respecto a la libertad de expresión y de asociación. Hizo hincapié en la importancia de las investigaciones realizadas por organizaciones no gubernamentales y cómo su trabajo debe ser respetado. Más información: http://www.greenpeace.org/tokyo-two
2.En diciembre de 2010, cuando funcionarios de la Agencia de Pesca de Japón (FAJ) pidieron disculpas por la mala conducta de los cinco funcionarios que aceptaron regalos de carne de ballena, Greenpeace dio respuesta a esta disculpa: http://bit.ly/iczhrW
3.Se comprueba la sórdida compra de votos a favor de la caza de ballenas: http://bit.ly/qde7oD
4. Plan de tsunami calculó mal la amenaza nuclear en la plata de Fukushima - ABC: http://www.abc.net.au/news/stories/2011/06/28/3255931.htm


Para mayor información, comunicarse con Raúl Estrada, en los teléfonos 56 87 95 95 ext.120 y 044 55 4084 5326 y el correo

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