© Manuela Clemens / Greenpeace

En los últimos años, los artículos de segunda mano dejaron atrás el estigma que tenían. Ya no solo se asocian a tiendas de productos usados o a casas de empeño polvorientas. 

Gracias a las redes sociales, a los marketplaces (sitios web que conectan a compradores con vendedores) y a los sitios web dedicados a la venta, podemos vender y comprar artículos usados desde la comodidad del hogar.

Además, las ferias, las reuniones de intercambio, y los mercados de artículos vintage nos dan la posibilidad de conseguir productos únicos y usados en muy buen estado.

Un grupo de voluntarios de Greenpeace organiza una reunión de intercambio de ropa en Colonia, Alemania. Marzo 2022. © David Klammer / Greenpeace

Hoy, 15 de marzo, celebramos el Día Mundial del Consumo Responsable y es una gran oportunidad para compartir con vos los beneficios de elegir artículos de segunda mano. 

Recordá: un producto usado no significa defectuoso, simplemente perteneció a alguien antes. 

Ahorrás dinero 

Podés encontrar ropa o calzado con grandes descuentos si los comparás con su valor original. Si buscás, vas a comprobar que hay artículos en perfecto estado para aprovechar.

¿Te preocupa usar zapatos o vestimenta que tuvieron otro dueño? Tené en cuenta que todo se puede lavar, desinfectar o llevar a lavanderías y tintorerías especializadas.

© Sam Fong / Greenpeace

 

Podés encontrar un tesoro 

Una de las ventajas de comprar en reventas es que es más fácil conseguir productos que ya no se encuentran en stock. 

Es posible hallar muebles antiguos, cámaras, y juguetes vintage, entre muchos otros artículos. También se venden productos que fueron restaurados recientemente.

Hasta quizás en una próxima visita a un mercado o feria de segunda mano encuentres un vestido de los 60s, una campera de los 80s, o un bolso de los 90s.

© Manuela Clemens / Greenpeace

Ayudás al planeta 

Aproximadamente, 50 millones de toneladas de productos electrónicos terminan cada año en los rellenos sanitarios de todo el mundo. Para que te hagas una idea, esto equivale a 4500 veces el peso de la Torre Eiffel. 

Cuando tengas que comprar un producto electrónico como una computadora, un celular o una cámara, pensá en adquirir uno de segunda mano. De esa forma, evitarás agregar un ítem más al relleno sanitario local. 

No solo ahorrarás dinero, sino que también ayudarás al planeta: para producir nuevos dispositivos se gastan recursos valiosos como petróleo, metales, agua y electricidad. 

Por ejemplo, para producir un teléfono inteligente que contenga solo 100 gramos de metales se deben procesar 34 kilogramos de mineral y usar 13 mil litros de agua. 

Además de comprar usado, también podés vender tus equipos electrónicos, donarlos, o llevarlos a centros de recolección especializados. Evitá tirarlos a la basura. 

© Baramee Temboonkiat / Greenpeace

Usás menos envoltorios

Casi todos los artículos que comprás vienen envueltos en un empaque de plástico o de papel. 

Por ejemplo, los calzados se colocan en un papel delgado, luego se introducen en una caja y al venderlos se entregan en una bolsa, generalmente de plástico. Un secador de pelo o una tostadora también se envuelven primero en plástico, luego en espuma y en cartón.

Como resultado, cada vez que realizás una compra de artículos nuevos llevás una montaña de empaques a tu casa que luego, casi siempre, van a la basura.

Pero a la hora de comprar un producto usado, olvidate del empaque. Si encontrás un artículo grande como una mesa o una biblioteca, te las llevarás sin envoltorio. Y los productos pequeños (par de zapatos, ropa, juguetes, etc.) pueden ir directamente en tu bolsa de tela, mochila o bolso.

© Jung Park / Greenpeace

Existen muchas más opciones y hábitos que podés implementar para un consumo responsable. 

Descubrí más en nuestra guía: 

Escuchá nuestro podcast Sonido Ambiente para aprender sobre consumo responsable a través de distintas temáticas.