La lucha de Greenpeace para salvar las ballenas

Página - 16 enero, 2011
Durante décadas Greenpeace lideró la lucha contra la caza de ballenas y a favor de la defensa de nuestros océanos. Fuimos una pieza fundamental en la prohibición de utilización de redes de deriva en alta mar, que mataban a decenas de millones de mamíferos marinos, aves y otras criaturas cada año.

Hicimos campaña a favor de la prohibición de la descarga de desechos tóxicos y nucleares, lo que evitó que se tiraran millones de toneladas de residuos en nuestros océanos cada año. Y también ayudamos a la instauración de una moratoria sobre la caza comercial de ballenas que, a pesar de la caza sostenida por parte de Japón, Noruega e Islandia, fue clave a la hora de salvar a varias especies de ballenas de la extinción.

Nuestra lucha por acabar con la caza comercial de ballenas de una vez y por todas no se terminó, y Greenpeace seguirá adelante hasta que estas masacres vergonzosas e innecesarias se terminen y las ballenas puedan habitar los mares libremente.

Los tres barcos de Greenpeace están trabajando todo el año las veinticuatro horas del día para enfrentar a aquellos que intentan saquear nuestro planeta. En el pasado, navegamos hacia el Océano Sur y el Pacífico para ponernos entre las ballenas y los arpones varias veces. Más recientemente, evaluamos que el trabajo más efectivo y estratégico que podemos hacer es llevar la lucha a aquellas personas responsables de la caza en Japón.

Dos de nuestros activistas fueron acusados de cometer delitos y tuvieron que sufrir largas condenas en la cárcel por su papel a la hora de sacar a la luz el mercado negro de la venta de carne de ballena en Japón, instalando el debate en los medios japoneses sobre el futuro de la caza de ballenas. Trabajamos  con miembros del parlamento japonés para plantear preguntas sobre los subsidios del gobierno en esta actividad cada vez menos rentable y cada vez menos apoyada por el público.

Junto a nuestros aliados del Animal Welfare Institute, la Humane Society, IFAW y otros, logramos cambiar la posición del gobierno de los Estados Unidos en la IWC este año, logrando detener sus intereses por levantar la moratoria. Fue un gran esfuerzo, que involucró a más de un millón de personas y una gran cantidad de trabajo, pero al final el Presidente Obama cumplió y defendió a las ballenas.

Nuestro trabajo en Japón y con otros gobiernos muy influyentes continúa. Y parecería ser un momento positivo para las ballenas. El año pasado, Hiyo Maru, el barco que da apoyo a la flota ballenera en el Antártico proveyendo combustible y llevando la carne de ballena hacia Japón, fue sacado de circulación. Los balleneros, bajo la estricta mirada del público japonés y del propio gobierno, parecerían no contar con los recursos y el apoyo político para reemplazarlo. La flota ballenera zarpó tarde en la temporada 2010 y ya aunciaron que volverán antes de lo programado. Estos avances significan que no se podrán cazar tantas ballenas.

Hasta la llegada de la próxima reunión de la Comisión Ballenera Internacional, Greenpeace estará trabajando junto a otras organizaciones para asegurarse de que ESTA VEZ la administración de Obama utilice su poder diplomático para sumar a la gran mayoría conservadora para terminar con las argucias legales y acabar con la caza comercial de ballenas – incluyendo la caza que Japón permite aduciendo motivos de investigación científica. Con poco esfuerzo, el gobierno de Estados Unidos puede convencer de cambiar a muchos países que actualmente apoyan a Japón, particularmente en este momento en el que es más difícil que nunca para los balleneros obtener acceso a fondos del gobierno para utilizar como sobornos.

Ya sea en mar o en tierra, con alto perfil o detrás de escenas, en Japón o en Washington DC, la tarea de Greenpeace por lograr el fin de la caza de ballenas sigue siendo estratégica y efectiva. No se terminó, y desafortunadamente la situación sigue siendo grave y urgente, pero estamos en el tema y los balleneros están retrocediendo.

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