En la década de 1960 comienza a levantarse el complejo industrial en las comunas de Quintero y Puchuncaví. Actualmente existen 19 empresas operando en la zona industrial, de las cuales 14 se encuentran localizadas en la comuna de Puchuncaví y cinco en la comuna de Quintero.

Como un “playicidio sin freno”, catalogó la organización el impacto de las industrias del carbón y otras contaminantes en la que fuera una de las cunas del surf nacional. En el torneo denominado El Sacrificio, participaron siete corredores nacionales para mostrar el impacto de las termoeléctricas en la costa.

Santiago, 10 de diciembre de 2021 – Siete reconocidos surfistas nacionales fueron los que participaron de “El Sacrificio, el campeonato más peligroso de surf”, realizado en la zona industrial de Quintero Puchuncaví. El torneo se desarrolló en medio de grandes tuberías incrustadas en el mar, restos de carbón, químicos de las empresas y gases tóxicos volátiles, donde exponentes de este deporte en Chile, buscaron obtener el primer lugar de la competencia.

La acción, explican desde Greenpeace, “busca visibilizar el deterioro que ha sufrido esta playa, reconocida como una de las principales cunas del surf en Chile, narrando la historia de Luis Tello e Isaac Tapia, ambos exponente históricos de este deporte en Chile y oriundos de la zona, quienes se iniciaron en esta disciplina en una playa que en ese entonces no estaba en las decadentes condiciones actuales”.

Entre el año 2009 y 2020, la zona de Quintero Puchuncaví registra 832 varamientos de carbón en la playa, reflejando el impacto que han tenido las termoeléctricas en la zona, propiedad de la norteamericana con filial en Chile AES Andes. “Nos han quitado el borde costero, nos han quitado la salud, el trabajo a los pescadores”, indicó Katta Alonso, habitante de la zona y vocera de la agrupación Mujeres en Zona de Sacrificio en Resistencia (Muzosare).

“Dado que el impacto de las industrias y el carbón se ha hecho costumbre y dejó de sorprendernos, quisimos ver cómo era la sensación de correr estas olas sumamente peligrosas, pero por su estado tóxico y gracias al avance indiscriminado de las industrias que componen este cordón de muerte en la bahía. En este campeonato no hubo ganadores, sino solo perdedores que han visto cómo la cuna del surf chileno, así como sus miles de habitantes, sufren día a día de un verdadero playicidio sin freno”, explica el director de Greenpeace, Matías Asun.

En los últimos años, Quintero Puchuncaví, arroja un registro de impactos sobre el medioambiente entre los que cuentan: Intoxicación de alumnos y profesores en La Greda (2011), derrame de 38.700 litros de petróleo en la bahía de Quintero (2014), varamientos múltiples y sucesivos de carbón, peaks de contaminante altamente tóxico, con los suelos sobre pasados hasta en 100 veces contaminantes como el arsénico.

“Recordemos que en septiembre del 2018 se decretó por primera vez emergencia ambiental por razones de contaminación en la zona de Quintero y Puchuncaví. En esta crisis sanitaria, niños, ancianos y embarazadas fueron los más afectados siendo hospitalizados por presentar diversas molestias cuyos diagnósticos han sido omitidos”, recuerda Asun.

En la competencia, participaron los surfistas Lander de Gaminiz, Oswald Moreno,
Daniel Tell, Rodrigo Donoso, Esteban Cross, Albert Baeza y Constanza Fredes.

Daniel Tello, hijo de la leyenda del surf en la zona, explica que “En el futuro esto debería acabarse a muy corto plazo, porque la verdad es que Chile, el gran patrimonio que tiene son sus costas y sus montañas. Entendamos donde vivimos, disfrutemos lo que vivimos y aprendamos de donde vivimos, cuando eso suceda vamos a tener la posibilidad de proteger mucho más.”

Web – https://www.greenpeace.org/chile/tag/chaocarbon/

Siete reconocidos surfistas nacionales participaron de “El Sacrificio, el campeonato más peligroso de surf”, realizado en la zona industrial de Quintero Puchuncaví. El torneo se desarrolló en medio de grandes tuberías incrustadas en el mar, restos de carbón, químicos de las empresas y gases tóxicos volátiles. “En este campeonato no hubo ganadores, sino solo perdedores que han visto cómo la cuna del surf chileno, así como sus miles de habitantes, sufren día a día de un verdadero playicidio sin freno”, explica Matías Asun, director de Greenpeace.