Samantha es voluntaria del equipo local de Bogotá y en conmemoración del pasado día internacional del voluntario/a comparte esta nota donde explica el significado del voluntariado en su vida y la de sus compañeras y compañeros.

¿Que significa ser voluntario? La Real Academia de la Lengua Española tiene cuatro definiciones para esta palabra. La primera de ellas es un acto que nace de la voluntad y no por fuerza, la segunda definición es que es algo que se hace por voluntad sin obligación o deber alguno, la tercera es algo que se obra por capricho y la última definición que más que definir la palabra voluntario, ya le da notoriedad a la persona que realiza esa acción, dice que es una persona que, aunque realiza varios trabajos por obligación, se presta para hacer esto por propia voluntad, sin esperar a que le toque su vez.

Durante mi niñez me interesó mucho la Ciencia y el medio ambiente, y en la adolescencia comencé a indagar sobre ONG´s ambientalistas dentro de las cuales estaba Greenpeace. De esta organización específicamente me gustaron las campañas y, como a muchos más, sus acciones. Desde ese momento decidí iniciar como ciber activista y me ligue con Greenpeace Argentina, me fascinaba ver lo que hacían, y con la consistencia que luchaban y no se rendían. Un día mientras estudiaba en la universidad tuve la oportunidad de estar en la primera reunión de Greenpeace en Colombia y desde ese momento me enamoré de ésta organización y decidí ser voluntaria.

En un inicio no sabía a ciencia cierta qué era ser un voluntario, sólo sabía que quería aportar algo a mi mundo, sabía que con mis hábitos diarios hacía un cambio, pero tenía en mi ser un acto de rebeldía que quería usarlo para ayudar, para exigir, pedir y contribuir. Hoy en día comprendo que ser voluntario tiene un poco de lo que dice la RAE, pero hay algo más que no se le puede dar una definición tan rigurosa.

Y es verdad que en parte es un capricho. Un capricho que puede durar un día, una semana o más tiempo. Tal vez es esa llama o chispa inicial que nos lleva a querer ser voluntario ya sea porque le llama la atención, porque le gusta lo que hace la organización, porque quiere proteger el medio ambiente; entre otra razones. Pero ese capricho desaparece y esto a lo que llamo voluntario se convierte en amor, en alegría, en empoderamiento, en amistad, en compromiso y en una forma de vida.

Ser voluntario son mis compañeros que veo y siento que vibramos en la misma frecuencia, amplitud e intensidad de onda, son ellos que cada rato escriben en los grupos de WhatsApp: “¿qué vamos a hacer?”, son ellos que donan sus casas para hacer talleres, reuniones, charlas, son ellos que dicen ¡hey, yo tengo colbón para donar! O “yo les enseño a hacer esto que aprendí”. Son ellos que te invitan a conversatorios y talleres ambientales. Ser voluntario es preocuparse por ti, por mi, por el país, por el medio ambiente y por el mundo. Esas cosas no las dice la RAE porque esa palabra se define sólo cuando eres voluntario y lo sientes de corazón.

A veces siento que mis compañeros son “LOS VOLUNTARIOS” porque como decimos aquí en Colombia: se ponen la camisa para liderar. Son capaces de todo y no le temen a nada ni a nadie, tienen “berraquera”.

Una de las voluntarias que admiro se llama Camila y le pregunté qué era para ella ser voluntario y esto me contestó:

“Para mí qué es ser voluntario. Es una experiencia que transforma la vida en todos los sentidos, es entender que hay cosas más importantes que el día a día que uno lleva normalmente, que la vida cobra un sentir más valioso cuando dedicamos nuestro tiempo, energía, corazón y alma a ayudar a que este planeta sea más justo y en ese sentido descubrir el poder que tenemos cuando nos unimos. Es crecer como persona ya que es un aprendizaje constante de otras formas de ver el mundo y así mismo ser más tolerante y respetuoso, es conectarse con las emociones ya que en ocasiones hay que asimilar la frustración y sacar fuerza para seguir adelante trabajando por el objetivo que tenemos y en otras sentir la emoción de lograr cambios y la inmensa satisfacción de saber que si sirve pasar de opinar y quejarse a actuar y contribuir a la construcción de un mundo mejor”.

Para concluir, ser voluntario te cambia la vida y la forma en que la ves, te vuelve más sensible y más fuerte para afrontar con inteligencia los nuevos retos que trae cada día. Sé que la historia de cada uno es diferente, pero las razones son las mismas, algunos tienen diferentes metas y expectativas sobre su papel como voluntario, y eso es lo bello de esto, que como grupo de voluntarios nos complementamos y nos ayudamos.

Gracias a ustedes éste mundo tiene una luz de esperanza, gracias por pensar diferente y gracias por creer que es posible cambiar este mundo. ¡Gracias equipo de voluntarios de Bogotá!

Voluntarios y voluntarias
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