Sin los océanos no habría vida en la Tierra, es así de simple. A pesar de esto, están cada vez más amenazados por los impactos de la actividad humana y el cambio climático.
Las sustancias tóxicas pueden estar en nuestro hogar, en la ropa que utilizamos, en aparatos electrónicos, cosméticos y hasta en la comida que consumimos.
Los bosques nativos concentran más de la mitad de la biodiversidad terrestre del planeta. Son nuestro patrimonio natural más importante, pero también el más amenazado y depredado.