Por Amanda Starbuck, directora de programas de Greenpeace Andino.

Estamos viviendo tiempos difíciles. Las consecuencias de la pandemia de Covid-19 son y serán definidas por las acciones que tomemos como comunidad. Ellas deben estar fundadas en valores éticos, y no únicamente financieros: en la compasión, la valentía y la cooperación. En el valor intrínseco de la vida.

Para nosotros, la lucha para contener al coronavirus es nuestra primera prioridad como personas y como organización global. Cuidarnos no es solo una decisión del personal médico sino también de cada persona, mientras practicamos mantenernos distanciados físicamente. Pero sólo juntos, podemos llevar a cabo las acciones correctas. 

Somos testigos de muchos actos de valentía, compasión y colaboración en comunidad, que nos están inspirando y muestran el poder de la gente organizada. Podemos ver el deseo claro no solo de sobrevivir sino de vivir plenamente. Sigamos sumandonos a los que celebran la colaboración y lo mejor de la humanidad en este momento de adversidad.

Este virus no tiene nacionalidad, ni agenda, ni afiliación política. ¡Existe y se multiplica donde, cuando y como puede! Sabemos que lo único que puede frenarlo es la cooperación y la solidaridad. 

Este no es momento para acusaciones o divisiones. Queremos, necesitamos y merecemos que en este nuevo capítulo de la historia del planeta se aprendan lecciones rápido, se responda a las causas profundas para impedir que algo así vuelva a ocurrir y que se establezcan nuevas formas de liderazgo político para enfrentar esos desafíos. 

Todos sabemos que respondiendo a esta aguda crisis sanitaria y los correspondientes impactos económicos, se están tomando decisiones que pueden tener consecuencias profundas en la grave emergencia climática que enfrentamos , y que vemos reflejada en la profunda crisis hídrica, como principal ejemplo.

Debemos pedir que se invierta en el futuro. En vez de explicarlo por comparación al pasado, tenemos que mostrar el mundo que podemos construir. Un futuro que es abierto, cooperativo, igualitario, pacifico, en armonía con la naturaleza y con el bien común como fuerza motriz. 

Cuando pase esta pandemia, nuestro carácter colectivo y nuestro potencial futuro estarán definidos por las decisiones que tomamos para proteger a los más vulnerables y a todos como comunidad. Nuestro futuro será fortalecido por las lecciones que aprendemos hoy. Todos y cada uno de nosotros formamos una parte del mundo mejor que necesitamos, donde la compasión y la cooperación son las claves para un futuro más seguro y más justo.

Hay un futuro por escribir. Escribámoslo con el alma, con nuestra humanidad entera.