Cuando pensamos en el Ártico de inmediato asociamos que hay hielo, mucho hielo. Sin embargo, un nuevo estudio alerta que en apenas 7 años los veranos en esta área puede dejar de tener masa helada por completo.
¿Te imaginas parte del Polo Norte sin hielo? Tal vez no haga falta imaginarlo mucho más, porque según un reciente trabajo publicado en la revista Nature entre 2030 y 2050 podremos verlo con nuestros propios ojos. En ese plazo llegará el primer septiembre sin cobertura blanca en esa región del planeta.
Quizás gran parte de quienes están leyendo hayan escuchado esta noticia más de una vez: el planeta se calienta, los polos se derriten. Hace una década podría haber parecido algo lejano e improbable. Hoy ocurre frente a nuestras narices.
No hay dudas: este efecto devastador es provocado por la acción humana. Como dice Seung-Ki Min, coautor del estudio e investigador del Laboratorio de Investigación del Cambio Climático de la Universidad de Pohang, en Corea del Sur, “nuestro estudio confirma que la disminución del hielo marino del Ártico en todos los meses se debe principalmente al aumento de los gases de efecto invernadero inducidos por los humanos”.
La ciencia avisa que el deshielo es inevitable. Es decir que esta será la nueva realidad del Ártico aunque logremos reducir las emisiones. Y sólo será peor si seguimos sin hacer nada. En ese caso, en 2100 la región ártica quedará libre de hielo casi medio año, según las mismas proyecciones.
Como siempre, hay una última esperanza. Según Min, es posible “evitar un Ártico sin hielo en verano si se logra reducir las emisiones de GEI de manera más agresiva, como en la ruta alternativa de calentamiento de 1,5º”.
Sin embargo, la ilusión de revertir esto dura poco cuando se recuerda que ya varios trabajos que indican que este límite de aumento de la temperatura media mundial ya ha sido superado regionalmente y globalmente podría verse rebasado en menos de cinco años.
Recordemos que no se trata sólo de la alteración total de un ecosistema único, con las consecuencias para la vida de animales y vegetales de la zona, sino que según desaparezca el hielo terrestre ártico (el de los glaciares) es probable que suba el nivel del mar y cambien los patrones climáticos del hemisferio norte.
Según se caliente el Ártico y retroceda el hielo, los mecanismos de retroalimentación, entre ellos, una menor capacidad de reflexión del hielo (albedo) y la liberación de los peligrosos gases de efecto invernadero de su largo almacenamiento en el permafrost (la capa de suelo permanentemente congelada), provocarán un aumento del cambio climático mundial.
¡Actuemos ahora! Exijamos a los gobiernos y empresas que tomen cartas en el asunto.