Se trata de la sexta oportunidad en que la entidad define el galardón, el cual se entrega a aquellos términos que han marcado pauta en la actualidad informativa durante los últimos meses y que tienen, además, interés desde el punto de vista lingüístico.
En ediciones pasadas fueron elegidas palabras del año escrache, selfi, refugiado, populismo y aporofobia (miedo o rechazo a los pobres).
En esta edición, microplástico hace referencia a pequeños fragmentos de plástico que se fabricaron ya con ese tamaño para ser empleados de forma preferente en productos de limpieza e higiene, o bien a pedazos que se han fragmentado de un plástico mayor (como bolsas o envases) durante su proceso de descomposición, el cual puede tardar cientos de años.
“La designación de microplástico como palabra del año demuestra la relevancia que ha tenido durante el 2018 el tema de la contaminación por plásticos, especialmente los de un solo uso. Es la confirmación de que enfrentamos un enorme desafío medioambiental que está presente en las playas, organismos de animales y hasta en la sal y agua que estamos consumiendo. Resulta evidente que se deben tomar acciones urgentes y decididas para frenar este verdadero tsunami plástico que está inundando no solo nuestras costas, sino el quehacer cotidiano de la humanidad“, explica Soledad Acuña, vocera en Greenpeace del Movimiento Chile sin Plásticos.
