“La vida en la Tierra depende directamente de los océanos. Por esta razón es clave contar con mares sanos y protegidos de actividades que resulten devastadoras”, declara Silvana Espinosa, vocera de la organización ambientalista.
Mayo es reconocido como el Mes del Mar y, para conmemorar la fecha, desde Greenpeace Chile realizaron un balance de lo bueno, lo malo, lo bonito y lo feo, con los principales hitos de nuestros océanos, en el último año. “La vida en la Tierra depende directamente de los océanos. Por esta razón es clave contar con mares sanos y protegidos de actividades que resulten devastadoras”, declara Silvana Espinosa, vocera de la organización ambientalista.
Lo bueno: fuimos los primeros en ratificar el Tratado Global de los Océanos
En marzo el Senado aprobó el Tratado Global de los Océanos de Naciones Unidas, lo que transformó a Chile, junto a Palau, en los primeros países del mundo en ratificar este importante acuerdo, cuyo objetivo es la conservación de la biodiversidad marina en alta mar y alcanzar el objetivo 30×30: la protección del 30% de los océanos para el año 2030.
“Es un orgullo este avance. Estamos hablando de la adopción de uno de los tratados ambientales más importantes de las últimas décadas, en el que Chile y los países de nuestra región, tuvieron un rol clave liderando el debate a lo largo de todo el proceso”, opina Silvana Espinosa, vocera de la organización ambientalista.
Lo malo: La impunidad de la industria salmonera
De acuerdo a los registros de Sernapesca, entre los años 2019 y 2021, se comprobó que 25 empresas salmoneras produjeron 686.000 toneladas de esta especie, en un total de 123 centros de cultivo, pese a que lo autorizado era 487 mil toneladas, en las regiones de Los Ríos, Magallanes y Aysén, incurriendo de este modo en infracciones a nuestra legislación ambiental. De esta sobreproducción, además, el 33% ocurrió dentro de centros de cultivo ubicados en Áreas Protegidas. Pese a lo alarmante de estas cifras y a lo grave de la falta, las sanciones no están ocurriendo.
Así lo revela una reciente investigación de Terram (en conjunto con Ciper), que tomó como evidencia los 84 casos de sobreproducción ocurridos en la Reserva Nacional Las Guaitecas, en la Región de Aysén. Según sus datos, conseguidos a través de Ley de Transparencia, 74 de ellos se encuentran prescritos y el resto se mantiene sin castigo.
“El mar patagónico es una zona de alto valor ecológico para Chile y el mundo, y en él habitan numerosos tipos aves y fauna marina, donde además de las ballenas, tenemos al delfín chileno, como la única especie de cetáceos endémica del país. Por lo mismo, resulta impresentable que en zonas que se han declarado protegidas se concentre un tercio de la sobreproducción ilegal de la industria salmonera. Es tiempo de que, frente a la evidencia, los servicios públicos involucrados (Sernapesca, Subpesca, SMA) reconozcan que estas prácticas son sistemáticas y no hechos puntuales y que avancen en sanciones reales que frenen las conductas ilegales del sector, que ya son parte de su modus operandis”, agregó la vocera de Greenpeace.
Lo bonito: Se amplía el Área Marina Costera Protegida del Archipiélago de Humboldt
Chile aprobó la ampliación del Área Marina Costera Protegida de Múltiples Usos (AMCP-MU) para el Archipiélago de Humboldt, convirtiéndose en la primera de carácter birregional del país. Esto porque se extenderá por las costas sur de Atacama y norte de Coquimbo.
Las áreas marinas protegidas de múltiples usos buscan compatibilizar la conservación y protección del medioambiente con el desarrollo de actividades sustentables. En el caso del Archipiélago de Humboldt, esta es una de las áreas más ricas en biodiversidad de la zona centro-norte del país, y abarca desde Punta Pájaros, en la comuna de Freirina (Región de Atacama) hasta Punta Poroto, comuna de La Serena (Región de Coquimbo), por el sur.
“El archipiélago de Humboldt es un tesoro natural de biodiversidad y sirve como refugio de pingüinos, nutrias y ballenas, entre otras especies. Celebramos avanzar en su protección, que a la larga se traduce en un mejor blindaje frente a la amenaza de posibles proyectos industriales, como ocurrió en el pasado con la minera Dominga, donde afortunadamente triunfó la protección ambiental”, destacó Espinosa.
4. Lo feo: Perdonazo a salmonera Nova Austral
Hace cuatro años, centros de cultivo de la empresa Nova Austral sobreprodujeron salmones, falsificaron cifras de mortalidad y dañaron gravemente el fondo marino al interior del Parque Nacional Alberto de Agostini, en la Región de Magallanes, lo que fue comprobado y sancionado por la Superintendencia de Medio Ambiente. Entre 2016 y 2019, además, la empresa cometió fraude al fisco, al recibir $59.580 millones de pesos en subsidios que consiguió mediante la entrega de información falsa.
Por esto último, el Consejo de Defensa del Estado (CDE) presentó una querella contra la empresa y después de años de litigios, el Ministerio Público resolvió a través de un acuerdo alternativo, que le permite a la compañía pagar su deuda con facilidades tributarias, lo que a juicio de Greenpeace “es a todas luces un perdonazo para la empresa”, afirma Silvana Espinosa.
“Esta decisión resulta incomprensible, sobre todo porque se trata de una empresa que, además de su extenso prontuario de daños comprobados en áreas protegidas, no deja de incumplir la ley incluso atentando contra las arcas fiscales. Pese a eso, recibe facilidades para seguir operando en impunidad”, asegura la especialista de la organización ambiental.