Jaulas salmoneras instaladas en el sur de Chile © Martin Katz / Greenpeace

Junio 2020. Durante horas de la noche del viernes en un sector cercano a Islas Caicura, frente a Caleta La Arena, se produjo un masivo escape de salmones desde el centro de cultivo “Caicura” que es operado por la empresa Salmones Blumar S.A. que se dedica a la acuicultura en general, crianza, producción y cultivo de Salmónidos y se encuentra dentro del territorio de la comuna de Hualaihue, en el Seno Reloncaví, provincia de Palena, en la región de Los Lagos.

El Gerente General de Blumar, Gerardo Balbontin, comentó que el centro de cultivo registraba hasta ayer 875.144 peces, en etapa de engorda, con un peso promedio de 3,828 kilos, desconociéndose por el momento, la magnitud exacta del escape de peces.

Desde Greenpeace, Estefanía González, Coordinadora de Campañas de la organización ambientalista enfatizó que:“Es impresentable que la propia empresa no sepa la magnitud del escape. El permiso de siembra era para un total de 1.009.474 salmones y en este evento se hundieron prácticamente todas las jaulas, por lo que al menos estamos hablando de 1 millón de salmones escapados. Sabemos también que la industria sistemáticamente falsifica los datos sobre siembras y mortandades, así lo demostró el caso de Nova Austral donde el ex gerente Nicos Nicolaides presenta diferentes denuncias y querellas por ocultar las cifras. Para el caso de este centro, el representante legal de la empresa Blumar al momento de la tramitación de los permisos para aumentar la capacidad de cultivo es el mismo Nicos Nicolaides, por lo que no extrañaría que la cantidad realmente sembrada en este centro sea aún mayor de lo autorizado y se debe investigar a fondo las causas del hundimiento de las jaulas”.

 Representante Legal Blumar al ampliar la biomasa de producción en el centro

De acuerdo a lo informado por la empresa,  desde 16 de un total de 18 contenedores que mantenían 875.144 peces de la especie Salmón del Atlántico, con un peso promedio de 3,828 kilos. El Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca) confirmó la fuga masiva de salmones desde las jaulas de cultivo Blumar S.A.

“Este escape se da en una zona geográfica cercana al lugar donde ocurrió el escape de Marine Harvest (MOWI) de 2018 y aún las autoridades no sancionan de manera adecuada. Las autoridades de pesca han autorizado  zonas supuestamente apropiadas para la acuicultura que en la práctica no lo son y los continuos desastres ambientales lo demuestran con hechos. No necesitamos que SERNAPESCA vaya a mirar estos desastre, urge que actúen y caduquen las concesiones que generan estos gravísimos hechos” , explicó González.

Por el momento si las condiciones climáticas lo permiten, ingresarán dos barcos y un remolcador, cargados con materiales y elementos de flotabilidad, preparados por el Área de Logística de Blumar, para iniciar las labores de evaluación del módulo, explicaron desde la empresa. 

Asimismo, Greenpeace aclara que:“No podemos justificar este hecho por las condiciones metereológicas, estamos hablando de un temporal que se da bajo las condiciones normales para el mes de junio en la zona, no es siquiera el peor temporal esperable en esta área. En lugar de cuestionar el clima, lo que debemos cuestionar es la existencia de estos centros allí. Todos los años hay evidencias sobre la incompatibilidad de la salmonicultura con el clima, los ecosistema marino y los legítimos usos de las comunidades locales e indígenas, que se ven profundamente afectadas también. Esta es una zona precisamente solicitada como ECMPO por un conjunto de comunidades”.

Cabe mencionar que los escapes de salmones tienen un gran impacto ecológico ya que al ser especies introducidas de forma artificial, no poseen depredadores naturales. Son animales carnívoros y las poblaciones de especies nativas bajan al ser depredadas por los salmones ya que compiten por el espacio y la alimentación e incluso devoran a los peces de la zona.

En el año 2018 y detonado por el escape de 263.000 salmones, el Estado de Washington en Estados Unidos decidió detener por completo la industria de la salmonicultura a través de un proyecto de Ley para poner fin a la totalidad de concesiones de salmón atlántico al año 2025. El senador estadounidense Kevin Ranker calificó la medida en su momento positivamente indicando que:  “Los recursos económicos, culturales y recreativos de estas increíbles aguas ya no se verán comprometidos por las acciones negligentes de esta industria”. 

“Presentaremos todas las acciones legales necesarias para que se caduque la concesión y el permiso ambiental (RCA) de este centro. Presentaremos denuncia la Superintendencia de Medio Ambiente e insistiremos en las sanciones lleguen ya, las comunidades y el medio ambiente no puede esperar años como ocurrió con el desastre de Chiloé o el escape de Marine Harvest. Continuaremos investigando los detalles del caso para poner la información a disposición de la comunidad local y las autoridades. Hoy la información que viene por parte de la industria no es confiable por lo que continuaremos trabajando para lograr transparentar y denunciar la real magnitud de estos desastres y sus impactos, concluyó la vocera de Greenpeace. 

Comunidades afectadas

Por su parte, las Comunidades Indígenas del territorio de Walaywe, señalaron encontrarse ” muy preocupadas por el hundimiento del centro de cultivo. Lo que genera mayor incertidumbre es pensar que hay o una fuga masiva o una mortandad masiva de peces, ya que cualquiera de las dos situaciones  genera un daño tremendo al ecosistema y fondo marino”. Enfatizan que también que”: nuestra mayor preocupación es que este centro de cultivo limita con el actual ECMPO (Espacio costero marino de pueblo originario) MAÑIHUEICO-HUINAY, en proceso de destinación marítima cuyos solicitantes son las comunidades indígenas del territorio de Walaywe, que en conjunto con pescadores artesanales y otros usuarios del borde costero de Walaywe, se verán afectadas por esta situación que tiene el carácter  de desastre ambiental”. 

Y agregaron: “Creemos que este tipo de desastre no debe pasar por alto y esperamos que las autoridades no se escuden en la actual pandemia de covid19 para realizar las fiscalizaciones que corresponden y esperamos las máximas sanciones que los organismos de estado puedan aplicar, “Caducidad de Concesión Marítima y Caducidad de Resolución de Calificación Ambiental de este proyecto”. 

“Una vez más queda en evidencia que este tipo de industrias no debe operar en espacios en donde viven pueblos originarios nosotros somos del pueblo mapuches lafkenches y seremos administradores de este ECMPO en conjunto con los  pescadores artesanales, recolectores de orilla y grupos de usuarios que vivimos y convivimos con el mar, cuyo valor y respeto es lo que hoy día permite seguir realizando nuestras prácticas consuetudinarias”, enfatizó, Yohana Coñuecar, representante Comunidad Admpu Ka Lafquen, parte del grupo de comunidades solicitantes de la ECMPO Mañihuieco-Huinay.