“Mucha gente está esperando que Martin Luther King Jr. o Mahatma Gandhi regresen, pero ya no están. Estamos nosotras”
– Marian Wright Edelman
Cuando se piensa en los orígenes de Greenpeace y en las personas que fundaron la organización, a la mayoría se nos vienen a la cabeza imágenes de hombres con atuendo de los años 70, sonrientes y haciendo gestos de victoria a bordo de un pequeño barco. Eran Bob Hunter, Ben Metcalfe o Jim Bohlen, foto inequívoca de los inicios de la organización, que navegaron a bordo de un viejo pesquero, el Phyllis Cormack, hasta la isla de Amchitka, en Alaska, para oponerse a las pruebas nucleares de Estados Unidos
Sin embargo, en aquel grupo de personas con ideas pioneras también había muchas mujeres. Mujeres valientes y visionarias, cuyo papel fue fundamental en la creación de Greenpeace tal y como la conocemos hoy en día.
Este año se celebra el 50 aniversario de la fundación de Greenpeace y nos parece oportuno visibilizar a las mujeres sin cuyo trabajo, seguramente, Greenpeace no sería la misma organización que hoy conocemos.
¿Las conoces? Hoy queremos rendirles un homenaje a través de alguna de sus historias y aportaciones.
Marie Bohlen
Marie fue ilustradora de la naturaleza, miembro del Sierra Club y pacifista. Emigró con su familia a Vancouver, Canadá en 1967, donde conocieron a Dorothy e Irving y cofundaron el Comité Don’t Make A Wave, que más tarde se convertiría en Greenpeace.
En febrero de 1970, mientras discutía cómo detener las pruebas de bombas nucleares estadounidenses en Alaska, Marie propuso la idea de navegar en un barco hasta el lugar de prueba y enfrentarse a la bomba. Esta, por supuesto, se convirtió en la primera campaña de Greenpeace.
También fue la creadora del primer logo de la organización. Falleció en 2014 y es recordada por los que más la conocieron por su pacifismo, sencillez y activismo social.
Dorothy Stowe
Fundadora de Don’t Make a Wave Committee, ayudó junto a Marie a lanzar la primera campaña de Greenpeace, y organizó las primeras reuniones de Greenpeace en su casa. Dorothy dedicó su vida a defender el medio ambiente, fue una férrea opositora del uso de la energía nuclear y de la guerra de Vietnam.
Dorothy habría cumplido 100 años en diciembre pasado. Falleció pacíficamente hace diez años en Vancouver, Canadá, donde cofundó Greenpeace con su esposo Irving y otros pacifistas y ecologistas.
Dorothy tenía un gran corazón y sabía cómo trabajar duro para organizar el cambio social. Durante los primeros años de Greenpeace, Dorothy sirvió como una influencia estabilizadora e inclusiva, que inspiró a las personas a ayudar e hizo que todos se sintieran valorados y esenciales para el movimiento.
Dorothy Metcalfe
Dorothy Metcalfe era reportera del Winnipeg Tribune en Canadá cuando conoció al periodista Ben Metcalfe. Durante la primera campaña de Greenpeace, convirtió su casa en una sala de radio, transmitiendo informes de Ben, que estaba en Phyllis Cormack, a los medios de comunicación del mundo.
Cuando EE. UU. Retrasó la prueba y la tripulación consideró un puerto seguro en Kodiak, Alaska, Dorothy los alentó a avanzar hacia las Islas Aleutianas. “El impulso está creciendo”, aconsejó. Dorothy presionó a los miembros del Parlamento canadiense, lo que resultó en tres mociones que instaban a Estados Unidos a cancelar la prueba.
Zoe Hunter
Zoe era miembro de la Campaña del Reino Unido para el Desarme Nuclear cuando conoció a Bob Hunter en Londres en 1962. Ella fue quien le presentó el trabajo pacifista de Bertrand Russell y lo llevó a la marcha por la paz de 1963 a la instalación nuclear de Aldermaston. Primera protesta política de Hunter. Zoe también trabajó con Dorothy Stowe y Dorothy Metcalfe para aprovisionar los dos primeros barcos de Greenpeace. Hasta este año no teníamos imágenes de Zoe públicas y disponibles hasta que una voluntaria de Greenpeace España logró contactar a su hija Justine y hoy Zoe tiene visibilidad en la historia de la organización
Debemos reconocer a las mujeres que formaron parte del movimiento que inició Greenpeace en 1970, cuyas historias a menudo se pasan por alto. Aunque, al final, el viaje de Amchitka solo llevó a hombres, el esfuerzo no habría sucedido sin la influencia de las mujeres y el apoyo en el terreno. Bob Hunter, otro de los fundadores de Greenpeace, comentó más tarde que esto había sido un error y que la mitad de la tripulación debería haber sido mujeres.
Esta nota sólo recoge una pequeña muestra de tantas mujeres que han formado y formamos parte de la historia de Greenpeace, que han dedicado buena parte de su vida a la defensa del medio ambiente. Algunas decidieron ponerse entre el arpón y la ballena, otras permanecen horas cubriendo una noticia, se movilizan para frenar las injusticias medioambientales, pasan horas investigando hasta llegar al origen de las prácticas más sucias de las empresas, o acuden a reuniones internacionales donde se decide el futuro de nuestro planeta.
En este 50 aniversario queremos rendir homenaje a todas ellas, a todas nosotras, que dedicamos la vida y luchamos cada día por un mundo más justo ambiental y social. Queremos visibilizar y reconocer el papel fundamental y siempre apasionado de quienes en ocasiones no han tenido el reconocimiento que les correspondía.